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Claudia Alejandra López dice que nadie entiende que ninguna persona desea estar internada en un hospital.

Derechohabiente del ISSSTE, relata que su esposo tuvo un sobresalto de salud, porque es diabético. “Venimos a urgencias al Hospital 1° de Octubre, lo estabilizaron y nos mandaron con un pase a la clínica que nos corresponde, que es la de Xalostoc, Estado de México”.

Sin embargo, el paciente no puede llegar ahí sin previa cita, ya sea vía telefónica o por internet, aunque en ambos casos “están saturados y son difíciles en su conexión”. La opción es ir al consultorio “Cero” del hospital, pero todos los días está llenísimo y son pocas las oportunidades de ser atendidos, se queja.

Mi apelación —pide doña Claudia— es que nos den una cita programada para no perder tiempo.

“No pudimos sacar la cita de mi esposo que es diabético y lo tuvimos que internar de urgencia porque se le puso el pie muy malo. Esto se pudo haber prevenido desde ocho días antes, y se perdió tiempo por estar intentando sacar una cita vía telefónica o en internet, lo cual es estresante porque cuando te contestan te dicen que no hay citas, que no hay espacio”, comenta la mujer.

“Por estar intentando sacar una cita para mi esposo, yo perdí la mía, lamenta. En la clínica del ISSSTE, a donde acudo, me dan el medicamento, pero lo importante también es tener la consulta”, señala.

Asegura que una consulta con un especialista cuesta de 700 a 800 pesos “pero como jubilado no alcanza, te vas a farmacias Similares, que si bien son buenas, se requiere de calidad. Aquí en el ISSSTE me han atendido bien, ya le dieron cama a mi esposo, pero lo que hace falta es simplificar trámites”.

Por ejemplo, añade Claudia, “ahorita yo tengo un pase de permanencia. Mi hija se quedó toda la noche porque mi esposo no puede estar solo. Ella sale a las 6 de la mañana, pero a mi esposo le iban a hacer un estudio a las 8 de la mañana, pero no se puede quedar mi hija porque se va a trabajar. Yo vengo, pero los policías no entienden la premura de uno, y no me dejan pasar. Ellos no entienden que nadie quiere estar aquí, esto es un hospital”.

De un lado a otro. Para Yolanda García, de 66 años de edad, los servicios médicos están bien, pero las fallas están en la burocracia. “Hay mucha tardanza para pasar con un especialista. Te traen de un lado para otro, y a pesar de que uno ya sabe cómo es el sistema, nos tardan demasiado”, denuncia.

Ella es atendida en el Hospital Regional 1° de Octubre del ISSSTE y describe que la burocracia comienza en el momento que en el hospital te dan el pase para un especialista, pero uno tiene que regresar a su clínica para que el médico familiar lo apruebe y te entregue el pase, el cual para tener la primera cita tardará de cuatro a seis meses.

Desde hace 30 años, Yolanda asiste a consulta con el reumatólogo de este hospital, ubicado en avenida Politécnico Nacional. Sin embargo, dice, “me han informado que me cambiarán al hospital de Tultitlán, Estado de México”.

“Yo tengo problemas para caminar y mucha dificultad para subir al microbús. Pero ellos no lo entienden así. Yo vivo en Tlalnepantla. Para llegar al hospital de Tultitlán me hago dos horas aproximadamente. Y para este hospital del 1° de Octubre hago máximo medio hora".

—¿Ha tenido los medicamentos que le recetaron?

—A veces no hay. Nos traen como pelotita, porque uno tiene que regresar a la farmacia varias veces, y cuando por fin hay medicamento en la farmacia, ya se perdió la vigencia de la receta, y entonces nuevamente hay que volver a sacar cita con el médico para que nos vuelva a dar las medicinas.