La historia pasa veloz y en una fracción de segundo extingue al Instituto Federal Electoral (IFE), la institución que durante 23 años, fue parte del quehacer por la democracia.

En el recinto del Consejo General, en Periférico Sur y Viaducto Tlalpan, en la Ciudad de México, su presidenta, María Marván Laborde, declara "formalmente concluidas las actividades del Instituto Federal Electoral".

Un rato después, bajan la palabra "Federal" de la fachada, y suben "Nacional", que le da el carácter a la nueva etapa, la que está por iniciarse.

El cambio llega al árbitro de las elecciones.  A las 11:21:21 horas de este viernes 4 de abril, se extingue la etapa de vida institucional del IFE.

Aplauden los cuatro consejeros que aún quedaban, y que ocupan sillones en la famosa herradura del salón de sesiones del Consejo General

Edmundo Jacobo Molina, secretario ejecutivo, ha leído el acuerdo de la Cámara de Diputados, firmado por José González Morfín (PAN), que notifica la formación de los nuevos árbitros de las elecciones, lo cual significa el término de funciones del IFE.

A las 14 horas harán su entrada los once consejeros electos en San Lázaro ayer, y escribirán la primera página del Instituto Nacional Electoral (INE).

Sólo dirige un mensaje, María Marván Laborde y señala que este es "momenort de inflexión en la historia de la democracia mexicana". 

Ahí termina su participación en esa trinchera.  A ella, la selección que llevó a cabo la Cámara de Diputados la dejó fuera unas horas antes de la votación en el pleno.

"Me voy serena", dice a los reunidos, entre ellos los consejeros Lorenzo Córdova, Marco Antonio Baños y Benito Nacif.

Están los representantes de los partidos políticos, Rosario Castellanos Cortès (PVEM), Roberto Pérez de Alba Blanco; Pedro Vázquez González (PT); Rogelio Carbajal (PAN), Juan Miguel Castro (MC); Camerino Eleazar Márquez Madrid (PRD), y José Antonio Hernández Fraguas (PRI).

Aplauden a María Marván Laborde, quien en 16 minutos conduce y cierra la última sesión de ese  instituto que fue parte de la vida política y social de México durante 23 años.

El segundo aplauso es para el IFE, cuando expresa las siete palabras que lo extinguen.  Unos segundos.  Unos abrazos a Marván de los consejeros que repiten, y ella, de saco blanco y falda negra, de chalina de varios tonos, a paso rápido, sale del recinto, envuelta en la investidura de presidenta del IFE, la útlima.