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Raúl está desilusionado, triste, ya ni siquiera deprimido. Son cuatro exámenes los que ha presentado desde 2011 para ingresar a Ingeniería Civil en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) sin lograrlo.

El sábado en la madrugada conoció nuevamente el resultado del examen y, a pesar de que toma un curso cada vez que se presenta a las pruebas, no logra el puntaje mínimo requerido.

En todos estos años Raúl Leonardo Soriano se la ha pasado en su casa ayudando en los quehaceres del hogar, ha trabajado “por ratos” vendiendo jugos de naranja y churros en la calle, pero lo que quiere es estudiar en el IPN.

Pasar el examen es requisito para revalidar las materias que cursó en este último año en el Instituto Tecnológico de Iztapalapa III, al que ingresó después de participar en el movimiento de excluidos.

En ese primer año en el Instituto Tecnológico obtuvo de promedio 9.4, pero él no quiere seguir ahí. Cuenta que por ser una institución nueva carece del equipamiento y los materiales necesarios para realizar prácticas.

Raúl es egresado del Colegio de Bachilleres 6 de la colonia Vicente Guerrero en 2010, y entonces por no tener información oportuna sólo presentó examen de ingreso a la UNAM.