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Legisladores de todas las bancadas convirtieron en un “circo” de varias pistas el Palacio Legislativo de San Lázaro durante la aprobación de la reforma energética.

En la larga función, de 20 horas de duración, hubo de todo: un striptease, enfrentamientos a golpes en un pleno alterno, la toma del salón de plenos, errores en las votaciones, legisladores dormidos, e incluso la entrega simbólica de huevos a la Mesa Directiva.

La discusión de la reforma energética dejó en el anecdotario escenas en las que todos los partidos estuvieron involucrados.

La función inició en la pista central cuando fue “secuestrado” el salón de plenos por integrantes de la izquierda —PRD-PT y MC— con el objetivo de impedir la aprobación de la reforma. Ahí empezaron los malabares para habilitar un recinto alterno para sesionar.

Priístas y panistas —encabezados por Manlio Fabio Beltrones y Luis Alberto Villarreal— fueron los magos que lograron negociar para que se le perdonaran todos los trámites a la reforma energética que había sido turnada por el Senado a la Cámara de Diputados.

PRD, PT y MC también aplicaron algunas suertes, para retrasar la discusión, pero finalmente no pudieron evitar que la reforma fuera votada.

Después de la votación en lo general, vino la segunda parte de la función. Subía y bajaba el tono del sonido pues al ser un escenario alterno no había audio, ni pantallas en cada una de las sillas, lo que derivó en gritos y quejas al presidente de la Cámara, el panista Ricardo Anaya, quien como presentador, intentaba poner orden en esta larga función.

Los de la izquierda rugían como leones, exigían que la reforma se turnara a comisiones para tener un debate “legal” y las demás bancadas solicitaban el “fast-track”. El encendido debate dejó como resultado la retina izquierda rasgada de la diputada del PRI, Landy Berzunza, quien fue golpeada con el puño por la perredista Karen Quiroga. Según valoraciones de los médicos necesitará 15 días de reposo para sanar y valorar si la herida es más grave.

El PAN también tuvo su papel en la función. Uno de sus diputados trastabilló, como en la cuerda floja. Omar Borboja dijo al momento de votar una frase que ni él se entendió, lo que hizo brincar a sus compañeros quienes por un momento creyeron que había votado en contra, mientras que los de su bancada estaban en favor.

“Mi voto es en sentido inverso de lo positivo…“¡ah no! sentido inverso de lo negativo. Es decir, a favor… Borboja a favor”, dijo en un tono de broma, como los chistes de los payasos.

Como todos los panistas iban con el proyecto, menos tres: Patricia Lugo, Verónica Sada y Alfredo Zamora, la mayoría de los presentes se burlaron de él.

El momento estelar de la noche lo protagonizó Antonio García Conejo, medio hermano del coordinador del PRD, Silvano Aureoles. Subió al pleno para presentar sus reservas y argumentando que se “despojó” a la ciudadanía con esta reforma, él haría lo mismo con su ropa. Se aflojó la corbata y mientras explicaba sus propuestas, se quitó poco a poco el saco, después los pantalones, zapatos, corbata camisa, camiseta y calcetines para quedar en calzones. Esto generó risas entre sus colegas y asombro, y muchos sacaron su celular para fotografiar el momento.

Antes de la una de la tarde del jueves, los perredistas decidieron levantar el “secuestro” del recinto y desmontaron las mantas y se retiraron para ir a la sede alterna y votar las reservas a la reforma energética. No pudieron hacer nada. No les alcanzaron los argumentos ni los votos. La reforma se avaló en menos de 24 horas con 353 votos a favor y 134 en contra. “Quedó aprobada ya. Esto es historia”, declaró el líder perredista, Silvano Aureoles Conejo.

La función acabó y las pistas quedaron vacías y en espera de las nuevas funciones que vendrán en la discusión de las leyes secundarias.