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ACAPULCO, Gro.— La espera ha sido larga, después de 28 horas están a un paso de subir a un avión. “Nos llovió ayer, nos secamos, volvió a llover, nos volvimos a mojar y a secarnos y toda la madrugada la pasamos con frío y ahorita el calor, pero ya nos falta menos”, dice Carmen de la Cruz Morán.

Con sus dos hijos recostados a sus pies, mientras ella está sentada en una silla a la que ya tienen acceso quienes después de una larga fila ingresaron a la terminal aérea de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Pie de la Cuesta, Carmen está en el último paso de espera para poder volar hacia la Ciudad de México.

Como ella, cientos de personas que se quedaron varadas desde el inicio de la semana por las afectaciones que causaron las lluvias en el aeropuerto y carreteras que comunican a este puerto, se quejan de que hay gente que pasan preferentemente sin hacer filas.

Cuando alguna persona o vehículo se acerca a la cuerda que está en la entrada de esta base aérea, la cual es custodiada por elementos del Ejército, la gente comienza a gritar que no los dejen entrar, que hagan fila como todos.

Alterados muchos reclaman a los soldados si dejan pasar a alguien. “Vienen de prensa a otra cosa”, le responde un militar a una mujer enojada que observa que le permiten el acceso al reportero y al fotógrafo. “Es que han dejado entrar a mucha gente que ha de ser influyente”, afirmó la mujer.

Adentro, decenas de personas también esperan, entre ellas Carmen de la Cruz, quien contó que viajó desde el pasado viernes con unos familiares al municipio de Atoyac de Álvarez para pasar ahí las fiestas patrias, pero debido a la intensa lluvia, ni festejó, ni descansó, la tormenta tropical Manuel se lo impidió.

Se trasladaron a Acapulco en carretera para regresar a México en avión, pero la destrucción del puente de Coyuca les provocó un retraso que les imposibilitó llegar a tomar su vuelo.

Al enterarse que se había abierto un puente aéreo, se dirigió el martes con su esposo y sus dos hijos a la base aérea de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), pero fue infructuoso, era mucha gente la que se aglutinó ahí, pernoctó con otro familiar en Acapulco y desde la mañana del miércoles hicieron fila y a las 16 horas de ayer aún no abordaba alguna de las aeronaves dispuestas por la Fuerza Aérea.

Con menos horas —19 ahí formado—, Adrián Hernández con su esposa Claudia Espinosa confiaban, optimistas, en subir pronto a un avión para ir a la Ciudad de México, pero se quejaba al igual que Carmen de la Cruz.

“Llegamos y había una cola enorme para subir a un avión y pasamos la noche aquí con lluvia, frío y sin comer. Y lamentablemente estaban metiendo a gente por influencias y les estaban dando preferencia adelante de nosotros, vimos chavos en camionetas de militares que pasaron y yo no vi, pero dicen que estaban metiendo a personas por la playa”, se quejó.

Comenta que de Acapulco, a donde llegaron el viernes pasado, se dirigieron por autobús a Carrizal y luego pretendían ir a Coyuca de Benítez, pero como se había afectado la carretera por las lluvias se quisieron regresar a Acapulco, así que tuvieron que caminar un buen tramo para conseguir quien los transportara. Finalmente llegaron a Acapulco y hasta ayer pudieron acceder a la base aérea.