cartera@eluniversal.com.mx

Turquía se ha constituido en uno de los países emergentes más atractivos debido a su gran dinamismo, por lo que se ha propuesto como meta estar entre las 10 economías principales del mundo para 2023.

Después de haber sufrido una importante crisis económica y política en 2001, Turquía se recuperó de manera espectacular gracias a un clima político más favorable, pero gracias también a las reformas monetarias, fiscales y estructurales acometidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

De 2002 a 2008, antes de la crisis financiera internacional, su economía logró un crecimiento anual promedio de casi 6%, uno de los más elevados de la región para dicho periodo, y en el bienio 2010-2011 alcanzó tasas superiores a 8%.

Aun cuando su dinamismo ya no ha registrado cifras tan elevadas, resultado de desaceleración económica mundial y la difícil situación por la que atraviesan sus principales socios comerciales de la eurozona, se estima que la economía turca logre un crecimiento de 3.8% este año y para los próximos cinco alcance tasas de 4.2% de acuerdo con las proyecciones recientes del FMI y Banco Mundial.

Destaca la importante expansión de su comercio internacional, que pasó de 72 mil millones de dólares en 2001, a más de 380 mil millones de dólares y se ha convertido en la economía mundial número 17 de acuerdo con el nivel de su PIB.