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El presunto líder del cártel del Golfo, Mario Armando Ramírez Treviño, alias X-20, pasó su primera noche en una prisión de máxima seguridad. Ayer, la Procuraduría General de la República (PGR) lo consignó, junto a dos de sus escoltas, ante un juzgado federal, por lo que los tres inculpados ingresaron al Centro Federal de Readaptación Social del Altiplano, en Almoloya, Estado de México.

Los delitos que se les imputan son delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita, delitos contra la salud, violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, así como cohecho, ya que intentaron sobornar a los militares que los detuvieron para que los dejaran escapar.

También identificado como el Comandante X-20, el capo fue detenido el sábado pasado por militares en Reynosa, Tamaulipas, uno de los bastiones del poder de la organización que lideró durante 11 meses. La captura días antes de 24 de sus deltas, como se conoce ahora a su grupo de sicarios, permitió a las autoridades federales dar con él.

Fue interrogado en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde el Ministerio Público de la Federación determinó que existían suficientes elementos de prueba en su contra para ejercitar la acción penal, además de que ya existían dos órdenes de captura giradas en su contra por jueces federales por sus actividades de narcotráfico.

Autoridades judiciales confirmaron que el X-20 y sus escoltas ingresaron a la cárcel a las 19:00 horas, para quedar a disposición de un juez federal. En los próximos días se definirá su situación legal.

La PGR no descarta que Estados Unidos pida la extradición de Ramírez Treviño.