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A las 0:00 horas es cerrado el cinturón de acero para proteger el edificio del Senado del bloqueo de los maestros de la CNTE.

A la hora de las clases, las ocho de la mañana, los maestros van al asedio del día de hoy, pero topan con un polígono y antes de que puedan taponarlo, la mayoría de los legisladores ya se ha metido en la “Zona Cero” parlamentaria, pero… sin el glamour de las camionetas y los carros con escoltas.

Ya decía José Alfredo Jiménez la sentencia del arriero: “No hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”. Darán el quórum sin problema. Y enamorados de los incidentes que caducan la rutina, los legisladores entran al área, unos a pie, como peones de la política; algunas senadoras en bicicleta, como la panista Laura Angélica Rojas, o como su colega Mariana Gómez quien llegó también con zapatos bajos, y algunos de ‘aventón’ en motos de la policía.

Son las 10 de la mañana. Están secuestrados, el Senado junto con restaurantes, hoteles, edificios departamentales, de oficinas, algunos teatros, gimnasios, cantinas y locales de mil servicios. Y dentro de esa “Zona Cero”, pelotones de policías Preventivos, Federales y Ministeriales pasan en marcha o en camionetas.

Al nivel del asfalto, da lo mismo ser legislador que gente común: Nada hace la diferencia. La senadora Laura Angélica Rojas (PAN) parece deportista con maleta de gym, y casco de ciclista. Sudadera rosa fuerte.

Un par de horas después, ya en el salón de sesiones, ella estará ataviada de negro y zapatilla de tacón alto.

Para cruzar las divisiones de la CNTE, el senador Patricio Martínez (PRI), usó gorra beisbolera, pantalones de mezclilla. Vestir de paisano está en el aprendizaje de esta sede legislativa, imán de ‘plantones’.

Teófilo Torres Corzo, senador del PRI, una hora después de que el chofer no encontró el paso, pidió el favor a un policía motorizado. “Súbase”, le dijo el uniformado, que por nombre dio su clave, “Cronos-21”. Y pasaron tres filtros, bordearon por dentro de la zona delimitada. “¿En qué puerta lo dejo?” Pues en la de siempre, “en la 4, por favor”, respondió el legislador.

En lugares cercanos se reúnen senadores. En camionetas los trasladan y pasan puntos de control determinados. En su posición de mando, Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores del PRI, lleva el conteo de legisladores que están dentro: 45, 50, 55, 80, 88… Y el Senado alcanza su tope; 126 presentes, salvo dos legisladoras con incapacidad médica. Casa llena. Hay condiciones para legislar.

Las fuerzas policiacas tienen plan específico. Articulan más de tres mil efectivos: el director general de Operaciones Especiales de la Policía Federal Ministerial, de la PGR, el comandante Carlos Gómez Arrieta; el subsecretario de Seguridad Pública Federal, Darío Chacón y el comandante Salvador Camacho, así como el subsecretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Luis Rosales Gamboa. Nada sin autorización pasa el blindaje.

Si el destino es rodar, como narra “El Rey” José Alfredo, rueda la última fase del proceso legislativo de la reforma educativa, de incidentes impensables, y momentos hasta surrealistas, como ayer, que una banda musical oaxaqueña de niños traspasa el bloqueo y ameniza una exposición pictórica.