juan.arvizu@eluniversal.com.mx  

Amurallado de acero y con un dispositivo de control y seguridad, en el que ocupa a unos mil 500 efectivos policiacos, el Senado tuvo una jornada de trabajo sin novedad en las calles circundantes del edificio que se propone bloquear el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

El acceso al inmueble ubicado en Paseo de la Reforma e Insurgentes está restringido a vehículos previamente identificados y sólo se da paso a legisladores, sus colaboradores, empleados de la Cámara de Senadores y periodistas.

El polígono de la zona aislada por la fuerza pública se montó desde la noche del viernes y en su interior están mil 200 efectivos de la Policía Federal Ministerial, de la Procuraduría General de la República, de la Policía Federal, de la Secretaría de Gobernación.

Unos 300 integrantes de la Policía Preventiva del DF también se coordinan con efectivos federales, repartidos en posiciones periféricas del cerco de seguridad.

Morena estuvo ausente de las inmediaciones del Senado, hasta donde llegaron algunas personas, que tendieron ropa interior en barreras de alta resistencia, como exigencia a que los legisladores resuelvan a favor de la visión de izquierda en la discusión de la reforma energética.

Pantaletas y trusas colgaron de las barras de acero, en las que los activistas pegaron leyendas donde señalaban que dejaban a senadoras y senadores calzones para que defiendan a la nación.

La sesión del pleno de ayer transcurrió sin los grupos de estudiantes universitarios y alumnos de educación básica. Con todo, ingresó un grupo de jóvenes que desplegó leyendas escritas a favor de la reelección y en contra de las simulaciones en ese asunto.

El tránsito de la ciudad transcurrió ayer por Paseo de la Reforma e Insurgentes. Estuvieron cerradas calles secundarias, y quedaron dentro del cerco restrictivo, donde se ubican restaurantes que operaron casi sin clientela, mientras que los hoteles tuvieron que organizar el acceso y salida de sus huéspedes.