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En la próxima reforma hacendaria se establecerá un nuevo régimen fiscal para Petróleos Mexicanos (Pemex) similar a la que tienen otras compañías en el mundo, con la finalidad de desahogar las actuales contribuciones que hace la paraestatal.

En el documento de reforma energética que presentó el Ejecutivo se establece que en países como Brasil, Colombia y Noruega, las empresas petroleras pagan contribuciones más moderadas que las que hoy realiza Pemex.

“Esto le permitirá ser más competitivo y contar con más recursos para la inversión”, se detalló en la presentación del informe.

Además, explicó que dependiendo de la rentabilidad de la inversión, en esos países se decide de forma más flexible si el remanente se reinvierte en la propia empresa o se transfiere a la hacienda pública, lo cual también puede adoptar la petrolera mexicana.

El principal eje en el cambio de régimen fiscal es pasar de una visión estrecha como generadora de ingresos públicos en el corto plazo a una perspectiva más amplia y de largo plazo.

El cambio de paradigma, como lo expone el documento, tiene dos componentes; el primero, un pago de derechos más bajo que en la actualidad y; segundo, el remanente de ese pago de derechos se manejará de forma flexible y podrá ser reinvertido en la empresa o una parte podrá ser transferida al presupuesto.

Esos recursos podrán ser considerados como un dividendo que podrá emplearse para gasto en escuelas, hospitales, infraestructura de agua o carreteras.

El titular de la Unidad de Planeación Hacendaria en la Secretaría de Hacienda, Ernesto Revilla, aseguró que el régimen fiscal de la paraestatal será mejorado, aunque los detalles se conocerán una vez que se presente la reforma hacendaria, programada para el próximo mes.

Sin embargo, reconoció que la subsidiaria de Pemex Exploración y Producción será donde el régimen se va a modernizar, mientras otros componentes del cambio en el régimen fiscal será hacer más competitiva a la empresa petrolera y con un esquema más progresivo.

El área de análisis económico de Banorte-Ixe aseguró que la propuesta presentada es conservadora, pero viable, ya que continente los cambios suficientes —a nivel constitucional— a la organización industrial del sector petrolero, pues abre la posibilidad de la inversión privada.

“En particular, el esquema de utilidad compartida es la tendencia de las mejores prácticas a nivel mundial, porque baja el nivel de riesgo para los operadores, y por lo tanto el rendimiento esperado. No obstante, la iniciativa carece de suficientes detalles, que se dejan a la legislación secundaria", añadió el análisis de la institución financiera.