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Si perder la Presidencia de la República es perder el estilo, ventilar conflictos que no encuentran resultados, darse hasta con los plátanos, papeletas de votación y convertir la democracia partidista en aprobaciones fast track de estatutos, entonces el PAN lo hace bien.

Reanudó su 17 Asamblea Nacional Extraordinaria, aquella que por falta de quórum tuvo que suspender el 16 de marzo pasado. Con un acuerdo previo de consenso y con recientes triunfos electorales a cuestas, los panistas mostraron, sin embargo, que su conflicto no termina de tocar fondo.

Los gobernadores azules llamaron a la unidad, a dejar los protagonismos, discutir las diferencias internas en el seno del partido pero afuera ir en unidad. Empero, pidieron mayor empoderamiento en la toma de decisiones partidistas.

El dirigente nacional, Gustavo Madero, recurrió a los ideólogos: Manuel Gómez Morín, Carlos Castillo Peraza, Adolfo Christlieb, Efraín González Morfín, para pedir manos solidarias, unidad, dejar de hacer capillitas y dejar de actuar de manera anárquica. Escuchaban Ernesto Cordero, Josefina Vázquez Mota, Luisa María Calderón, Marco Antonio Adame, Cecilia Romero, Luis Alberto Villarreal.

Una amenaza de toma de tribuna fue la constante. El senador Javier Corral acusó directamente a Jorge Manzanera de ser patrocinado por el senador Ernesto Cordero y el ex presidente Felipe Calderón, para intentar echar abajo la asamblea y así no modificar los estatutos.

A gritos de “fraude”, “fuera Madero” y “voto por cédula”, panistas de Guanajuato y Oaxaca traspasaron las vallas metálicas que dividió la zona VIP. Rechazaban la creación de una Comisión Permanente.

A punta de empujones, la senadora Gabriela Cuevas, vinculada al grupo de Cordero, logró llegar hasta la tribuna para reclamar que se le diera voz a los inconformes.

Madero defendió la existencia de las dos terceras partes existentes de votos y tuvo razón, el problema, es que la mayoría no supo qué votó.

En lo álgido de la discusión, algunos lanzaron plátanos, papeletas de voto y los proyectos de estatutos nuevos hacia la tribuna.

Los objetos los libró Gustavo Madero sin problema, así como libró también su asamblea en la cual no tuvo empacho para gritar que el PAN tiene nuevos estatutos. “Felicidades panistas. Regresen en paz a sus localidades”, espetó.