Historia Regresar, el otro martirio
CAOS VIAL. Imagen aérea a la altura de la caseta de La Venta, en la autopista de El Sol. (Foto: JORGE SERRATOS EL UNIVERSAL )
julian.sanchez@eluniversal.com.mx
ACAPULCO, Guerrero.— Fueron bajando poco a poco de sus coches y autobuses, no aguantaban el calor. Los más de 5 kilómetros de fila que tuvieron que hacer muchos y las casi tres horas para pasar la caseta de la venta, se convirtieron en su último martirio en este puerto que quedó incomunicado y que ayer reabrió sus vías terrestres.
Una espera que convirtieron algunos en pequeñas tertulias abajo de sus vehículos, otros hicieron día de campo.
El tráfico que se acentuaba desde el Maxitunel hasta la caseta de la Venta, se convertía en este último punto en un cuello de botella. “Sólo un carril, no se adelanten, sólo un carril”, les decía por el alta voz de su patrulla un elemento de la Policía Federal a los conductores que impacientes pasaban la caseta de forma gratuita.
Alfonso Ramírez fue uno de ellos, pero antes de pasar esa caseta de La Venta, tuvo que esperar casi tres horas en el tránsito. Acompañado de su esposa y sus hijos, se queja: “Las autoridades están lentas, deberían de meter a más gente a trabajar para que esto esté más rápido”.
“Queremos llegar ya a la casa. Veníamos por dos días y nos tuvimos que quedar siete, y ya me quedé sin dinero y ahorita, pues a trabajar mucho para recuperarnos”, dijo el hombre.
Señala que ojalá y esta espera no sea sólo el principio de un largo camino a la Ciudad de México.
Información de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) asegura que ingresaron a Acapulco cerca de 20 mil vehículos del 13 al 16 de septiembre.
María Elena Lara, fue otra de las personas que regresaron ayer a la Ciudad de México, junto con otros 14 miembros de su familia, quienes viajaban en dos vehículos.
“A ver si con este paso vamos a llegar a México, si nos va bien yo creo que vamos a llegar ya muy noche”, dijo la mujer, quien llevaba también a su perro chihuahueño.
Metros antes de la caseta, elementos de la Policía Federal ordenaban el ingreso a la carretera. Hacían pasos intermitentes de 50 vehículos cada lapso, hasta que el último de cada bloque pasaba la caseta, dejaban pasar otros 50.
Una vez que pasaban ese punto eran encabezados por una patrulla de la Policía Federal en lo que llaman Operación Carrusel, a través de la cual la unidad oficial va llevando al grupo a una velocidad de entre 60 y 80 kilómetros por hora. Mientras, los vehículos de carga, que hacían una fila paralela, iban pasando por goteo, pues se les daba prioridad a los vehículos particulares y también a los autobuses de pasajeros.
Cuatro mil 500 de estos últimos comenzaron a operar a parir de ayer y hasta el lunes para de forma gratuita sacar de Acapulco a toda la persona que lo quiera.