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ATOYAC DE ÁLVAREZ, Gro.— El temor por inundaciones en comunidades de alto riesgo en Guerrero se revive. “Me da miedo, ya empieza a llover y la verdad todos los cerros están queriéndose venir, y da miedo”, expresó Concepción Moreno, habitante de El Paraíso.

La mujer de 50 años de edad perdió todo lo que había en su casa a causa de las lluvias que causó la tormenta tropical Manuel. Y el sábado intentaba sacar el lodo de una parte que quedó en pie de su vivienda, pero con la llegada del huracán Raymond, al intensificarse las precipitaciones el domingo, decidió esa noche irse a un refugio de la cabecera municipal de Atoyac.

Preparando chilaquiles para los más de 80 refugiados de distintas comunidades como La Pintada, que están en ese albergue, y acompañada de su vecina Ángeles Nieto, dos años menor, Concepción resalta que no tiene adonde ir y que optó por ese sitio en donde se reparten las labores para la sobrevivencia de niños, niñas, mujeres y hombres que han quedado desamparados y que viven desde hace 40 días con la tragedia.

“Me vine para acá [albergue] porque en mi casa para qué, si no me quedó nada, todo se lo llevó el agua y ya no hay qué cuidar”, manifestó la mujer resignada, quien comentó que “apenas empezábamos [con mi esposo] a sacar el lodo que ya estaba seco, pero otra vez vino el agua”.

Concepción, quien es madre de tres hijas, resalta el temor de volver a El Paraíso, comunidad que quedó devastada el mes pasado.

“Me da miedo, empieza a llover y ya es el terror de nosotros, ya no nos podemos quedar”, dijo Moreno y luego consideró que la gente que vive en El Paraíso y en otras comunidades de alto riesgo deberían hacer lo mismo que ella: irse a un albergue, y mencionó que las personas dicen que si dejan sus casas pueden ser víctimas de la rapiña.

En coincidencia, Ángeles Nieto subrayó: “No se quieren salir porque tienen temor a que les roben las cosas, pero no importan más las cosas que sus hijos y su vida. Yo tengo una hija que se quedó allá con una bebé de cuatro meses, mi nieta, pero el marido de mi hija dice que no se quieren salir”.

Contó que el mes pasado su casa quedó totalmente inundada, y en esa ocasión salieron apenas: tuvieron que brincar una barda porque por la puerta de su casa no podían pasar por el alto nivel del agua.

Ahora, dijo la mujer, “actuamos con más anticipación, no queremos que vaya a pasar una desgracia, queremos, antes que nada, cuidar nuestras vidas, y aquí estamos en el albergue, haciendo labor con otras personas porque aquí nos sentimos más seguros, aquí sabemos que es muy difícil que nos vaya a pasar algo por la lluvia. Tenemos comida y un techo seguro”.

Beatriz Adriana Montalvo, coordinadora del albergue, precisó que hasta ayer por la tarde eran 85 personas las registradas, pero prevé la llegada de más. Son de las comunidades de El Paraíso, La Pintada, Río del Bálsamo y Pie de la Cuesta.

El alcalde de Atoyac, Heriberto Tavares, informó en entrevista que son casi 20 comunidades las que están incomunicadas y sólo se puede llegar vía aérea y las rutas más críticas son hacia Mezcaltepec y Pie de la Cuesta; de Paraíso a Iloncillos y Plan de Las Delicias, así como entre Nueva Delhi y El Iris.

Indicó que son seis albergues los que se han instalado en ese municipio, en donde están unos 700 damnificados del mes pasado.

Dijo que están convocando a la gente a irse a alguno de estos sitios y evite permanecer en zona de riesgo, pues el peligro es latente.