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Yolanda Morales Guzmán tiene 16 años con una plaza de profesora de primaria, pero busca en este examen un segundo puesto de trabajo para poder solventar las necesidades familiares.

Ha trabajado en los últimos ocho años y medio cubriendo interinatos en la escuela Licenciado Eduardo Novoa, y pretende formalizar sus ingresos con la basificación de su segundo trabajo, para hacer frente a los gastos, mejorar su economía.

“Sí se me vienen, en un caso muy particular, gastos permanentes fuertes y ésta es una forma de, si paso el examen, asegurar los gastos personales que voy a tener. Los interinatos en algún momento se pueden terminar”, explica la profesora.

Asegura que al concursar por un segundo puesto de trabajo no le quita la oportunidad a otro profesor, dado que ella está cubriendo una plaza en donde se necesita una persona para atender a los estudiantes.

La maestra está convencida que el examen ha provocado que se mejore la formación normalista, “para que los jóvenes egresados puedan acreditar los exámenes a partir de la reforma educativa”.

El examen, reconoció, al final, fue confuso para ella porque la prueba le exigía describir un orden en los principios pedagógicos pero ella los estudió de forma general. Así que será hasta que estén los resultados cuando sepa si garantizó el futuro.