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Los titulares de la Secretaría de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya, y de la Comisión Federal de Electricidad, Francisco Rojas, coincidieron en la necesidad de una reforma energética de fondo que modifique la Constitución para dar a las paraestatales flexibilidad de competir mundialmente.

Los tres funcionarios comparecieron ante comisiones de Energía, Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos Primera del Senado, como parte de los trabajos en torno a la reforma energética.

Emilio Lozoya dijo ante los senadores que es indispensable un cambio constitucional, y no sólo interno, pues “el petróleo fácil se acabó”. Confirmó que en las asociaciones que se plantean de Pemex con otras empresas no habrá despidos.

El director de Pemex señaló que México tiene frente a sí la oportunidad de revertir un largo periodo “mediocre” de la economía, muy por debajo de lo que los mexicanos requieren y con justicia reclaman.

Indicó que de entrada Pemex requiere contar con un régimen fiscal nuevo, similar al de sus competidores en el mundo; que se reorganice de forma más ágil y más competitiva y que tenga un consejo de administración más profesional, con menos trabas burocráticas y más efectivo para tomar decisiones.

Coldwell dijo a su vez que sin reforma profunda, México podría ser importador neto de energía primaria. El verdadero riesgo, dijo, no es favorecer a empresas extranjeras, sino volvernos dependientes de países como Estados Unidos.

De las tres iniciativas (la del Ejecutivo, apoyada por el PRI; la del PAN y PRD) a pesar de sus diferentes enfoques, señaló, aportan suficientes elementos para construir una reforma de gran calado que contenga al menos 19 puntos entre ellos un nuevo régimen contractual y fiscal a Pemex, darle ventaja para elegir sus proyectos o la llamada “ronda cero”, y transparencia y rendición de cuentas.

Destacó que si la reforma es avalada este mismo año, antes de dos años se verían las mejoras de tarifas de luz, que son 25% más caras en promedio que en otros países.

Francisco Rojas afirmó que la reforma generará empleos y disminuirá el costo de la luz eléctrica. Afirmó que la “CFE no se vende, ni se achica” y dijo no tener duda de que las tarifas eléctricas bajarán en un nuevo esquema.

El presidente de la Comisión de Energía, David Penchyna, aceptó que el amplio consenso parece remoto, pero las sólidas mayorías también son opción. Destacó que, de avalarse, será la pieza legislativa más importante del siglo.

Alejandro Encinas (PRD) cuestionó que se plantee eliminar de la Constitución el carácter estratégico de la electricidad, en tanto que Manuel Bartlett (PT) dijo que no hay razón para una reforma constitucional, y todos los argumentos se pueden resolver sin ella.