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Habitantes de las comunidades Apalani, El Campanario, El Progreso y Tres Palos, en Acapulco, piden ayuda de las autoridades y ante el abandono en que se encuentran salen a la ciudad a buscar alimento.

En Apalani, a 50 kilómetros de la ciudad, en la zona rural y considerada la comunidad más pobre de Acapulco, la lluvia ha dejado el camino destrozado, y sólo vehículos compactos puede transitar, pero con dificultad.

Durante el trayecto se observan niños con palas en mano tapando grietas con tierra y ramas, que es la guía para transitar.

A cambio, los niños piden una cooperación “para el ‘chesco’”, y recomiendan circular con cuidado, pero la carretera de terracería corre el riesgo de cortarse en algunos tramos y dejar ahora incomunicados a los pobladores de Apalani con la caída de otra lluvia fuerte.

La necesidad de alimento en este poblado pone a trabajar a mujeres en labores pesadas, así que ellas también cortan leña y la cargan en carretillas que suben con dificultad por el difícil camino de terracería lleno de grietas.

Estela Godínez camina con su carretilla llena de leña recién cortada. Dice que la lluvia destruyó el techo de su casa y ahora tiene que buscar dinero para comer.