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El Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 11 de Hermosillo, Sonora, inaugurado en octubre de 2012 por el entonces presidente Felipe Calderón, forma parte del proyecto iniciado en la gestión de Genaro García Luna, al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, de crear reclusorios bajo el Contrato de Prestación de Servicios (CPS).

El penal fue construido por Ingenieros Civiles Asociados, empresa que también se hizo cargo del penal de Ocampo, Guanajuato, inaugurado en noviembre de 2012.

El costo de la construcción del penal de Hermosillo fue de 4 mil 200 millones de pesos y según lo proyectado, el Cefereso debería tener mil 200 cámaras de seguridad, equipos de rayos “X” y de detección molecular de drogas; un centro de monitoreo de 60 pantallas que operaría los 365 días del año; inhibidores de señal de celular y radiocomunicación, así como una clínica equipada y con quirófano.

Este penal tendría, según el ex secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, cero riñas, motines o fugas. Según el contrato, dichas empresas pueden encargarse de la operación de los centros durante 15 años para recuperar su inversión y 5 años más para obtener dividendos. Durante esos años, las empresas constructoras se encargarán de la manutención y la dotación de servicios como alimentación y lavandería, mientras que el gobierno federal paga una renta por el espacio.

De acuerdo con la CNDH, hasta ahora se han inaugurado tres centros penitenciarios de este tipo. El tercero fue inaugurado en mayo pasado por Enrique Peña Nieto, en Oaxaca, construido por la empresa GIA.

Están proyectados otros seis penales construidos y operados con capital privado y del gobierno. Homex tiene a su cargo el Cefereso de Cuernavaca, Morelos; Promotora y Desarrolladora Mexicana se encargará de los penales de Gómez Palacio, Durango, y Buenavista Tomatán, Michoacán; la empresa ARB Arendal edificará la prisión federal de Chiapas, y Tradeco, se encargará del reclusorio de Ramos Arizpe, Coahuila.