Historia Les llegan víveres tras cinco días de estar incomunicados
AYUDA. Habitantes de la costa de Oaxaca, que aún se encuentran incomunicados, reciben víveres por medio de helicópteros de la Policía Federal . (Foto: RAÚL ESTRELLA EL UNIVERSAL )
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PUERTO ESCONDIDO, Oaxaca.— La familia López ve bajar el helicóptero de la Policía Federal con víveres. Para los padres es una bendición que sus cuatro hijos tengan algo de comer después de cinco días de permanecer incomunicados.
San José Río Verde es una de las 29 comunidades de Oaxaca incomunicadas tras el paso del huracán Manuel.
Son casi 15 mil personas en la costa, istmo, sierra sur y mixteca, como los López, que poco a poco se les acaba la comida.
En todo el estado suman 799 mil personas afectadas por el huracán: 65% de ellos vive en la costa, otro 10% en la mixteca y un porcentaje semejante en el istmo.
Ya suman 8 mil casas con algún grado de daño.
De acuerdo con el gobernador de la entidad, Gabino Cue, la emergencia ha pasado y no necesitan más helicópteros para acercarse a las comunidades que claman por agua potable.
En Coicoyán de las Flores, vecino de Metlatonoc, Guerrero, el segundo municipio más pobre del país, la gente lleva seis días incomunicada, debido a los destrozos ocasionados por las lluvias.
Las aeronaves de la Policía Federal, Ejército y del gobierno estatal tratan de aliviar la carencia, pero es insuficiente.
Por eso, apenas ven acercarse el helicóptero, la gente se abalanza sobre ella para alcanzar algo. El grupo de vecinos casi se arrebatan el frijol, aceite y botellas de agua que llegaron.
El caso de Etelberto Pastrana es ejemplo de los familiares que deben acudir en rescate de sus parientes en La Boquilla, también en la costa oaxaqueña.
En el aeropuerto de Puerto Escondido tienen su base los helicópteros y el acopio de víveres. Llegar a Coicoyán les toma hora y media; ir a una población en la costa es una hora o 30 minutos. La ayuda fluye a cuenta gotas.
El viernes, el gobernador encabezó una nueva reunión de evaluación con autoridades federales, en la que reconocieron la incomunicación de 15 mil personas.
También se confirmó que son cuatro personas fallecidas.
Durante un sobrevuelo se pudo constatar que en la región de la costa oaxaqueña hay cientos de hectáreas cubiertas absolutamente de agua y casas dentro de enormes lagunas, causadas por el desborde de ríos. Desde el aire se respira la tragedia.
La gente se queda sentada bajo el techo de sus casas. Otros vecinos relatan que comienzan a aparecer víboras y, algunos, dicen, hasta cocodrilos. También temen a los moscos, que traen dengue.
Angela dice que, en su caso, “todo se lo llevó el Río Verde, pero lo importante es la vida”.
En Xanica, localidad ubicada en el tramo de Pochutla a Oaxaca, es otra comunidad aislada. Para llegar a ella es menester caminar hasta tres horas. Por carretera no hay paso y así no fluye el apoyo.
Al menos 103 cortes carreteros asfixian la circulación en Oaxaca. Lentamente van las obras de reparación, pues por ahora sólo 33 de ellos han sido reparados.
El 20% de la red carretera federal, que suma 563 kilómetros, tiene “daños severos”, y 30% (840 kilómetros), algún tipo de afectación, aunque la mayoría se reabrió.
De 15 puentes dañados, al menos cinco están colapsados.
Además, 103 mil habitantes de 45 localidades, en 27 municipios, se vieron perjudicados en el suministro de agua potable. En Puerto Escondido, por ejemplo, el abasto se restableció hasta el viernes pasado.
En Oaxaca fueron 3 mil usuarios los que se quedaron sin flujo eléctrico. Poco a poco, la Comisión Federal de Electricidad va en su auxilio. En la zona conurbada de Oaxaca, en Huatulco y Huajuapan hay mil 700 (0.2% de usuarios en el estado) aún no tienen luz.
Junto con los López, varias familias se acercan al helicóptero de la Policía Federal. Pero así como ellos, se encuentran 13 mil familias en toda la entidad, aunque, de acuerdo con información del gobierno estatal, el abasto para todos ellos está garantizado.