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“Liberen al Che Guevara para que vuelva a ser Justo Sierra”, dice un lema inventado por los universitarios en favor de la devolución del auditorio de la Facultad de Filosofía y Letras, espacio público que desde hace 13 años ha sido ocupado por diversos grupos de activistas estudiantiles, pero también por personas ajenas a la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Entre otros, anarquistas, comunistas, zapatistas, frentes populares, brigadas estudiantiles, organizaciones indígenas del DF y Área Metropolitana y hasta el Frente Popular Francisco Villa Independiente han ocupado ese espacio en distintos momentos.

Apenas este viernes se dio a conocer que grupos que se identifican como anarquistas desalojaron a otros que desde hace años realizaban actividades en ese sitio.

En ese Che Guevara o Justo Sierra, aún con butacas y alfombra, se votó la decisión de irse a la huelga más larga de la historia de la UNAM, la de 1999-2000. Ahí se dieron las más largas asambleas, y también el fin de la huelga en febrero. Meses después, algunos activistas decidieron tomarlo con el pretexto de hacerlo un lugar de “resistencia y rebeldía”.

En 2001, apenas un año después de que fuera ocupado el auditorio, el director de la Facultad de Filosofía y Letras de ese entonces, Ambrosio Velasco, convocó a una reunión pública con toda la comunidad universitaria, incluso a las personas que tomaron El Che, para determinar de manera conjunta el futuro del lugar donde llegó a tocar la Orquesta Filarmónica de la UNAM. Nada se concretó tras la discusión.

Ahora, sin butacas y sin alfombra, sigue siendo el punto de encuentro para la realización de asambleas. Apenas en abril pasado, durante la toma de Rectoría por encapuchados, ahí se reunían activistas de la UNAM, UAM, UACM, algunos integrantes del SME y CNTE.

La propuesta de Velasco apuntaba a que el espacio fuera reabierto en beneficio de toda la comunidad con una comisión que gestionara horarios y tiempos para que todos tuvieran acceso, incluso aquellos que lo tomaron.

En 2009, las autoridades de la UNAM dijeron públicamente que analizaban la forma de recuperar el recinto donde se impartían talleres como serigrafía y foto, se administraba un comedor popular vegetariano, una cafetería, una emisora Radiokupa y una galería autónoma. Otros espacios son usados como bodegas o dormitorios.

Este viernes, encapuchados que se identifican como anarquistas se mantienen dentro del auditorio de la Facultad de Filosofía, conocido como Che Guevara, resguardando las instalaciones que “recuperaron” el pasado jueves. No quieren dar ninguna declaración a medios de comunicación que no sean “independientes”.

En este auditorio, que hoy ha cambiado de ocupantes, sucedieron en 1987 las conversaciones entre el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), donde uno de los líderes estudiantiles era Imanol Ordorika (hoy funcionario de la UNAM), y los representantes de Rectoría, encabezados por el actual rector José Narro Robles (entonces secretario general).

Los anarquistas hicieron público un comunicado en el que argumentan que decidieron reabrir el espacio cerrado “de manera brutal por un grupo de personas que, sin más, se declaran los dueños y amos del espacio, obstaculizando con ello cualquier uso del mismo sin su previa autorización, coordinación o censura.

Firman “Individuxs anarquistas, Colectivo Veneno Negro, Asamblea Emergente del Che, Espacio Anarcofeminista, Ni ama ni esclava, Proyecto Doble AA, Individuxs de la okupa che, Curso-Taller Antropología y Anarquismo, Desobediencia-info, Colectivo Silosive, Brigada Negra, Biblioteca móvil-Anarquista Acción y cultura, Aurora Insurrecta FAR.

El grupo desalojado, en el que se encuentran el Comité Cerezo México, la Organización de Lucha Estudiantil y Popular (OLEP), KyOSCo Colectivo-Ajusco Radio, Telar de Raíces AC, Cineclub Che Guevara, Brigada Estudiantil Multidisciplinaria, Radio Estudiantil Libertaria, Frente Popular Francisco Villa Independiente-Cabeza de Juárez, Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, también envió un comunicado en el que explica los hechos.

Señala que los sacaron por la fuerza unos 30 individuos que entraron al espacio de manera arbitraria, “dañando las puertas, infraestructura, así como el material que se tenía al interior del espacio. De manera abrupta, irrumpieron gritando “ya sálganse”, agrega.

Los expulsados acusan que se pretende que el auditorio sea considerado como el mejor “antro” del sur de la ciudad, “argumento siempre útil para que las autoridades expongan esa dinámica como si fuera la de todas las organizaciones estudiantiles o sociales y que todos crean que ser activista es ser como quienes hacen uso de un espacio del movimiento para beber, drogarse, hacer fiestas y lucrar con éste”.