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Crónica. Inicia la gran batalla: reforma energética

Juan Arvizu| El Universal
Miércoles 04 de diciembre de 2013

El líder nacional perredista, Jesús Zambrano, entregó al presidente de la Mesa Directiva del Senado, Raúl Cervantes, una solicitud con un millón 672 mil 242 firmas para realizar el proceso legislativo que permita organizar una consulta sobre la reforma energética Miguel Espinosa / EL UNIVERSAL

Acompañado por una comitiva de legisladores y dirigentes del PRD, en el salón Heberto Castillo fueron entregadas varias cajas que contenían los formatos firmados por ciudadanos para sustentar la petición, cuyos paquetes fueron resguardados por el órgano legislativo Rafael Villalba / EL UNIVERSAL

Zambrano Grijalva pidió al presidente del Senado que tenga la disposición de recibir más firmas que se sumarán a las entregadas este martes, así como tomar las medidas correspondientes para cotejar las casi un millón 700 mil rúbricas ya entregadas Rafael Villalba / EL UNIVERSAL

Más temprano, durante el recorrido realizado por militantes perredistas del Hemiciclo a Juárez hacia la sede senatorial, el presidente nacional del PRD hizo un llamado a la unidad de las izquierdas en la defensa del petróleo Fernando Ramírez/EL UNIVERSAL

También solicitó estar atentos contra eventuales cambios a los Artículos 17 y 18 de la Carta Magna, al señalar que "unidos somos fuertes, unidos somos indestructibles" Fernando Ramírez/EL UNIVERSAL

Al detenerse la marcha frente al Monumento a Colón, sobre Paseo de la Reforma, recalcó que el PRD no cesará en su exigencia de que en el año 2015 se realice la consulta sobre el tema, para echar atrás los casi inminentes cambios a la Constitución en la materia Fernando Ramírez/EL UNIVERSAL

El coordinador de la fracción perredista en la Cámara de Diputados, Silvano Aureoles, pidió prudencia al gobierno federal y al resto de los partidos, al tiempo que los instó a respetar los procedimientos en el tema de la reforma energética Fernando Ramírez/EL UNIVERSAL

En su oportunidad el secretario general del PRD, Alejandro Sánchez Camacho, reiteró el llamado a la unidad de las fuerzas de izquierda, en particular a Morena, para defender el petróleo y evitar cambios constitucionales en la materia Rafael Villalba / EL UNIVERSAL


juan.arvizu@eluniversal.com.mx

Cruzan el camino sin retorno de las reformas. Los senadores desmadrugados, de ojos vidriosos por dormir poco, saltan del lunes al martes y al miércoles, y oyen en el pleno que ya son papás, nada menos que de un cambio sustancial del sistema político mexicano.

Y se van a descansar para reanudar de día la gran batalla, la reforma energética, debate que ya ha llegado.

El blindaje de la fuerza pública se vuelve más espeso en la zona en la que se enclava la sede senatorial. En las barreras de alta resistencia, de gruesas placas de acero, se forman filas codo con codo de elementos de la Policía Federal. Como dicen los que saben, por una fila de integrantes “femeninos” hay otra de “masculinos” para garantizar que los senadores legislen en santa paz.

La bravura de la Policía Federal Ministerial, Federal a secas, y preventiva del Distrito Federal, es imitada por el resguardo del Senado, que en la sesión sobre la reforma política, se lucen y hacen el “oso”, al sujetar, forzar, golpear, aventar a unos jóvenes que en gayola protestan por los alcances de las modificaciones. Son activistas del colectivo de Reforma Política.

Antes, de mañana, la Cámara Alta despierta del letargo que le dejó el desgaste de la danza de las horas, ya de trabajo, ya de espera, con una sacudida: llegan versiones de que Andrés Manuel López Obrador enfermó, que fue llevado al hospital.

Senadores cercanos al líder no lo creen. Sus pupilas pierden la brújula. La incertidumbre mata y ellos agonizan. Nunca llega Cuauhtémoc Cárdenas con las firmas, más de un millón 600 mil necesarias para pedir que el Congreso convoque a una consulta popular para anular la reforma energética. Que su apretada agenda no lo permitió, fue la versión que dio Jesús Zambrano. Y colocan cajas para que los periodistas tomen fotos y se acomodan diputados y senadores.

Para presenciar el hecho entra a un salón perredista, el presidente del Senado, Raúl Cervantes (PRI), y también el vicepresidente, José Rosas Aispuro (PAN), pero el afán de salir en la foto de perredistas entusiastas, los desplaza y, finalmente, los apretuja, al igual que al presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Emilio Gamboa (PRI). Ven el desorden, falta de control sobre las cajas y cómo Zambrano escribe a mano en un oficio la cantidad de firmas que dicen entregan allí.

Cervantes pide al secretario general parlamentario, Arturo Garita, se haga cargo, firme y selle un recibo y guarde la carga de papel. Nada dice de qué hará el Senado con esa carga. Se van a sus asuntos. Y sigue otra oleada de preocupación por López Obrador. La mente de Padierna está en otra parte.

Afuera, sobre Paseo de la Reforma y París, las huestes el movimiento gritan consignas, ondean banderolas, pero hay frío y desazón en ese edificio encapsulado en toneladas de acero y unos tres mil uniformados.

Se entendía que allí estaría el tabasqueño al frente de la oposición, pero hoy su salud está en observación médica.

El debate más esperado ha llegado.



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