Historia Sin orden vamos a matarnos
HISTERIA. El arribo y distribución de despensas se convirtió en una lucha cuerpo a cuerpo entre los habitantes de Paraiso, Guerrero, que que se arrebataban la ayuda gubernamental. En total, el Ejército y la Marina trasladaron en helicópteros 300 despensas que la gente se arrebató de las manos para luego huir corriendo. (Foto: JORGE SERRATOS EL UNIVERSAL )
julian.sanchez@eluniversal.com.mx
ACAPULCO, Gro.— Jóvenes y mujeres se aventaron uno a uno para tapar con el cuerpo entero las despensas. Pedían orden porque del otro lado la gente desesperada se las arrancaban de las manos para poderse llevarse algún costal o caja y tener algo que comer. “Si no nos ponen orden vamos a matarnos entre nosotros mismos”, dijo Santiago Alcántara, uno de los que intentaban organizar el reparto de alimentos en la comunidad El Paraíso.
“Pedimos ayuda, que nos apoyen, porque la gente esta desesperada. Digan por favor a las autoridades que manden a alguien para que nos organice, porque todos quieren llevarse lo más que puedan”, gritaba un joven a los soldados del Ejército y la Marina que fueron a dejar los alimentos a esta comunidad, que de acuerdo con el comisario de la misma, Faustino González Ortega está destruida en 60%.
Sujetados de las manos, haciendo una valla humana para cuidar los víveres que eran bajados del helicóptero, y otros formados para pasar los costales y cajas, jóvenes principalmente, pretendían el control de la situación para que la entrega no se volviera un caos.
Algunas mujeres ayudaban a acomodar las despensas en dos montones, fueron 300 en total las que se entregaron. Pero otros se acercan y arrebatan de las manos a los que van pasando los costales. Unos agarran el bulto y se van caminando y otros corriendo, quizá para que no los alcancen y se las quiten.
Los elementos de las Fuerzas Armadas los alinean, pero las decenas de personas del otro lado no hacen caso y más gente se sigue aglutinando en la cancha de futbol, vienen de prisa.
En cuanto vieron el helicóptero que se acercaba a la comunidad, se observaba como corrían como hormigas por abajo del cerro desgajado, donde algunas casas estaban derrumbadas.
Los jóvenes aceleraban la valla mano con mano para evitar que más gente pasara desesperadamente. “Es un montón de gente la que viene”, dijo Santiago Alcántara, quien insistía en que enviarán a alguien a poner orden.
“Esto es un desmadre”
“Queremos decirle al gobierno para que nos ponga orden, porque esto se está haciendo un desmadre. Es que aquí la gente quiere todo porque unos agarran una cosa. Agarra la gente algo y corre y vienen más a pedir aquí, por eso queremos que venga la autoridad a repartir esto, porque se está convirtiendo en un desmadre”, insistía.
“Queremos repartir ordenadamente, que les toque a todos, pero principalmente a los que más lo necesitan”, subrayaba mientras los soldados seguían bajando las despensas de la aeronave velozmente para repartirlas.
“Esa gente perdió todo”
“Tenemos albergues en la iglesia, en el instituto, en la cancha y en la preparatroria y a esa gente es a la que más se debe apoyar, porque es mucha de la que perdió todo y aquí hay otros que no perdieron nada y quieren todo y no se puede señor, por eso pedimos la intervención del gobierno, porque vea que desbarajuste se está haciendo y si no ponen orden vamos a matarnos entre nosotros mismos”.
Rebasado en su autoridad, el comisario de la comunidad, Faustino González, también pide el apoyo para el orden y señala: “Estamos debastados aquí en El Paraíso, necesitamos víveres y atención médica, hay una destrucción de 60% y no tenemos nada, sólo esperamos que nos vengan a ayudar”.