Candelaria Berra y su familia están a la mitad del camino de regreso a su casa en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca. Desde el lunes pasado debieron regresar pero no pudieron salir de Acapulco, adonde fueron de vacaciones para aprovechar el "puente" por las fiestas patrias.

"Ìbamos a estar de viernes a domingo en Acapulco pero ya no pudimos regresar ", debido a las inundaciones y deslaves en la zona.

No encontraron paso por la costa de Guerrero para irse a Oaxaca y tuvieron que quedarse cerca de la zona del desastre en una casa que rentaron para este viaje. Llegaron la noche del jueves al puerto y querían regresar el domingo.

"Tuvimos que gastar como cuatro mil pesos más cada uno de los que venimos -somos 15 y otros que se adelantaron-", dice Candelaria, quien recuerda el alza de precios del huevo y jitomate hasta en 80 pesos porque se escasearon los alimentos.

Aunque la vivienda no se inundó observaron el desastre que dejaron a su paso las tormentas. En medio de la zona golpeada por los huracanes Ingrid y Manuel, la familia sentía miedo y temor de que ocurriera de nuevo una inundación.

"Ya quería salirme del lugar, quedamos traumadas, apenas tantito se nublaba y venía la lluviecita" y sobrevenía el nerviosismo, cuenta Candelaria, quien viene con sus hijos y nietos.

Llegaron al DF cerca de las 17:00 horas de ayer. Salieron desde las 04:30 horas de Acapulco pero tuvieron que esperar la reapertura parcial de la Autopista del Sol cerca de las 11 horas.

"Todavía falta ver qué nos dicen, los niños tenían que ir a la escuela, los demás a trabajar", comenta con cierta incertidumbre a pesar de que el Gobierno de Guerrero les entregó cartas que justifican su ausencia.