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Un infarto agudo al miocardio causó una pausa en el activismo de Andrés Manuel López Obrador, quien permanecerá en reposo de dos a cinco días, cuando menos, en la unidad de cuidados coronarios del Hospital Médica Sur.

El dirigente llegó por su propio pie la madrugada de ayer, alrededor de las 2:30 horas, con dolor en el pecho pero, informó el doctor Octavio González Chong, director del nosocomio, la evolución y recuperación de López Obrador es satisfactoria.

“Está despierto y muy bien orientado”, estableció en su primer parte médico el cardiólogo Patricio Ortiz, quien intervino exitosamente al tabasqueño, a quien le realizó una angioplastía con colocación de un stent.

“Fue sometido una intervención coronaria cutánea, que es lo que procede en un evento así, con resultado exitoso y con una evolución favorable hasta el momento”, explicó el cardiólogo.

La intervención duró una hora y 15 minutos y la arteria dañada fue la descendente anterior, que se encontraba con placas de colesterol y coágulos, añadió en rueda de prensa en la que los médicos estuvieron acompañados del hijo de López Obrador, Andrés Manuel López Beltrán, y el vocero del tabasqueño, César Yáñez Centeno.

Hasta antes de este evento cardiaco, confirmó Ortiz, López Obrador no había registrado ningún mal cardiaco, pues “no había diagnóstico previo de la enfermedad”.

Tampoco, consideró, ocurrió un hecho específico o vivió una situación estresante en particular. “No hay un evento especial, sabemos que es alguien con mucha actividad, que la ha tenido mucho tiempo y hoy en la mañana le despierta dolor en el pecho y por eso acude al hospital”, estableció el médico.

Pero en todo caso consideró que el “evento coronario” lleva muy buena evolución y en unos días el paciente podría ser dado de alta.

Además, descartó por ahora referir si va o no a tener consecuencias que modifiquen su calidad de vida o actividades. “No es el momento en el que yo les pueda decir si va a pasar o no”, afirmó.