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Griselda Sotelo Yépez, líder de invasores en Iztacalco, era amiga de María Perla Rosalía Recillas Camacho, quien cursó la secundaria con su hermana Erika Sotelo.

Según las autoridades, Camacho actuó contra Sotelo y su familia al invitarlos —con engaños— a Oaxtepec, Morelos, el pasado 6 de julio.

La titular de la asociación de buscadores de vivienda Organización Unidos con Griselda Sotelo, AC, está desaparecida junto con su esposo; su hijo y su esposa; su hija y su novio, y una empleada doméstica.

Antes, Perla había buscado refugio en la casa de Sotelo Yépez, ya que su esposo la había golpeado.

Fue una menor de edad, de 12 años, que viajó con su familia ese sábado a Oaxtepec, quien señaló como responsable de la desaparición de sus seres queridos a dicha mujer, de 27 años de edad, ex convicta por robo y delitos contra la salud en los años 2004 y 2008, respectivamente, en la Ciudad de México.

“Fueron Perla y su esposo”, indicó la menor a una de sus tías.

La denuncia correspondiente, que fue presentada por otra de las hijas de Griselda, quien vive en Acapulco, Guerrero, indica que un día antes de los hechos, Perla acudió a la casa de Griselda para comentarle que su esposo vendía una casa en Oaxtepec, e invitó a su amiga a verla con la intención de que ella comprara la vivienda.

Eran las nueve de la noche del viernes cuando Perla se presentó al domicilio y donde se acordó que irían todos juntos hacia Oaxtepec, según narró una de las hijas de Griselda, quien vio cuando Perla salía del inmueble, tras estar no más de 15 minutos en la casa de los Sotelo, ubicada en la colonia Agrícola Oriental, en Iztacalco.

Fue así como a la mañana siguiente, el sábado 6 de julio, salieron a bordo de dos vehículos: una camioneta X-trail Blazer y un automóvil Peugeot. Allí iban Griselda, José, Michel, Jonathan, Mónica, Luis y Adrián, todos ellos desaparecidos, y seis niños.

Llegaron a un domicilio, aún no ubicado, y de allí salieron tres personas a ver un predio.

Luego, Perla y su pareja regresaron a informarle al resto del grupo que los tres primeros se habían accidentado. En el inmueble se quedaron los menores de edad con la sirvienta, quien también fue sacada del lugar por la madrugada.

“Sus papás tuvieron un problema y nos los vamos a llevar”, fueron las palabras que Perla les dijo a los seis niños, a su regreso, para luego subirlos al Peugeot, que fue abandonado en una avenida céntrica de Puebla, indica la averiguación previa FIZC/IZC-3/T1/01511/13-07.

Fue el 10 de julio cuando se inició la denuncia, luego de que los niños fueran encontrados y llevados con sus familiares, y la mayor de ellos, de 12 años, narrara lo sucedido.

Ayer, el procurador capitalino, Rodolfo Ríos, indicó que la investigación fue turnada —desde el 11 de julio— a la Procuraduría de Morelos, pues allá sucedieron los hechos. Sin embrago, la dependencia local coadyuvará en las indagatorias correspondientes.

El funcionario dijo que se busca a la presunta responsable; sin embargo, luego, a través de Comunicación Social, se precisó que los trabajos de localización y presentación sólo se harán si la dependencia de aquella entidad lo solicita, lo cual no había sucedido hasta ayer.

Destaca que Griselda, junto con otros de sus familiares, integran una asociación civil de buscadores de vivienda o invasores, la cual fue suspendida ante el Instituto de Vivienda (Invi) para realizar gestiones ante esa dependencia desde el pasado 7 de septiembre.