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Encuentran utilidad a la parte baja de Estela de Luz

Jorge Ramos| El Universal
Domingo 15 de septiembre de 2013
Encuentran utilidad a la parte baja de Estela de Luz

CORRUPCIÓN. Por la edificación de la torre han sido sancionados 10 servidores públicos por irregularidades. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )

Enseñan a reclusos sentenciados a usar las redes sociales en el Centro de Cultura Digital

jorge.ramos@eluniversal.com.mx 

La Flaca y El Chaparro —como les llama José— caminan de la mano en las escalinatas de la Estela de Luz. En las últimas tres horas, el papá del Chaparro ha podido aprender a usar redes sociales y hacer videollamadas telefónicas. No son una familia común. Él lleva tres años en prisión acusado de robo, con una sentencia de cinco años.

José, que es un nombre ficticio, alega que le inventaron el delito. Lo cierto es que este 16 de septiembre queda libre anticipadamente por buen comportamiento, como parte del programa Casa del Medio Camino.

El Centro de Cultura Digital, ubicado al pie de la Estela de Luz, una estructura que costó mil 300 millones de pesos salpicados de corrupción, abrió sus puertas a 10 personas fuera de lo común: reos sentenciados que salen una vez por semana con sus familias a distintos puntos de la ciudad de México.

Ahora los llevaron a la Estela de Luz para aprender a usar las redes sociales. La instructora, una joven que más bien parece gimnasta, es paciente. “¡Uy!, pero hay que poner los datos y, ¿cuando te caiga la voladora?”, pregunta intrigado Óscar, joven y lleno de músculos.

Llama la atención también un hombre de 58 años. Acompañado de su esposa y uno de sus nietos mira intrigado la computadora que tiene enfrente y cómo sin tomar un teléfono le ponen en contacto con un familiar. Se ve que le cuesta trabajo, pero trata de aprender. Pronto también estará libre.

Paréntesis: La Casa del Medio Camino es una vivienda ubicada a un costado del Reclusorio Sur. Es una especie de internado donde conviven 68 varones. No se pierde nada, dicen, y los ha hecho solidarios. Algunos no pudieron traer a un familiar a la Estela de Luz y otros los llamaron para comer algo a unos pasos del polémico símbolo del Bicentenario.

Los 10 reos y sus familiares, además de policías vestidos de civil que los acompañaban hasta para ir al baño, son parte de las 39 mil 575 personas que han visitado la Estela de Luz. Apenas en mayo pasado comenzaron a impartir cursos relacionados con la cultura digital, en donde han participado hasta este mes mil 534 asistentes como José y Óscar.

En la pantalla del vestíbulo transmiten un video sobre la Segunda Guerra Mundial. Mientras José y Óscar aprenden nuevas tecnologías, un hombre dormita en el sillón.

También hay un cine donde proyectan películas y el costo de entrada es de 25 pesos. Aún así, lucen vacías.

La Estela de Luz, por cuya construcción han sido sancionados 10 servidores públicos por irregularidades y ha quedado en la sospecha la presunta corrupción de Patricia Flores, ex jefa de la Oficina de la Presidencia de la República, apenas está siendo tomada por la gente.

Javier Sicilia, poeta y activista, ha reunido firmas de destacados personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro González Iñárritu y Juan Villoro, para pedir al presidente Enrique Peña Nieto que la Estela de Luz sea convertida en un memorial para las víctimas de la violencia.

Un día, Alejandro Montaño, ex soldado, migrante y dueño de un negocio de internet, preso por los desmanes del 1 de septiembre, se le ocurrió treparse a lo más alto para protestar. Lo bajaron los bomberos con el argumento real de que no sólo ponía en peligro su vida, sino la de trabajadores.

Ahora, la Estela de Luz cuenta siempre con un grupo de policías justo en la planta baja para evitar sorpresas. De pronto dormitan de aburrimiento.

Algunas organizaciones la han tomado como punto de referencia para manifestaciones, pero para eso nada como el Ángel de la Independencia, que hasta ahora no ha sido desbancado como manifestódromo.

En diciembre de 2012 se suscitó una revuelta en Twitter. De pronto, la noche del día 18 aparecieron mensajes como “Te amo Lupe”, “Ola ke ase”, y así por el estilo. “Hackean la Estela de Luz”, decían unos, cuando en realidad se trató de la exposición “(:!” de Alejandra de la Puente, para la que recibieron nada menos que cuatro mil 338 mensajes.

No faltó quien pensó que al fin le habían encontrado una utilidad a la extraña torre.

Pero no, la Estela de Luz no parece haber hallado su identidad. Por ahora así es la vida en torno a ella.

José no conocía la Estela de Luz, apenas hasta esta semana y le parece bien que sirva para algo.



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