Crónica. Encapuchados no, la instrucción
MITIN. Contingentes de Morena, del PT y organizaciones sociales se congregaron en el Zócalo capitalino. (Foto: MIGUEL ESPINOSA EL UNIVERSAL )
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Al mediodía el sonido de las campanas de catedral se mezclan con el de los caracoles y los gritos de miles que han decidido decir “no”, luchar y tirar cualquier posibilidad de concretar la reforma energética del gobierno federal.
Ahí, en un Zócalo casi lleno por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), militantes del PT y del Movimiento Ciudadano, junto con maestros de la CNTE y organizaciones sociales, Andrés Manuel López Obrador se asume como el líder de ésta, que será su lucha.
El ex candidato presidencial se compromete a ir al frente, a estar con ellos cuando ejecuten su plan “contra la privatización de la industria petrolera” y cerquen el Senado, la Cámara de Diputados y los congresos locales. Lo vitorean, baten palmas.
Todo comienza temprano. A las 9 de la mañana la policía del Distrito Federal ya ha realizado cortes a la circulación. Contingentes se organizan en Salto del Agua, San Antonio Abad, La Merced, Eje Central y avanzan a la Plaza de la Constitución.
A las 10:15, el Zócalo comienza a llenarse. Hace frío pese a que en el cielo no hay nubes, pero sí bruma. Han colocado un templete frente a Palacio Nacional con una manta que dice: “No al robo de todos los tiempos”.
Los organizadores dicen que no es momento de arrancar la asamblea informativa de López Obrador, que aún falta gente. Esperan. Cantan música de protesta. Una hora después comienza.
El sol quema pero el aire es frío. La plaza apenas va a la mitad. En los portales del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, en Catedral y en el Monte de Piedad la gente busca el cobijo de la sombra.
En ese momento ingresan al Zócalo contingentes del PT detrás de un camión con altavoces, hay botargas y batucada, tambores y payasos en zancos. Gritan su “no a la entrega del petróleo de los mexicanos a extranjeros”.
Cuando Óscar González Yáñez, del PT, y luego Martí Batres, líder de Morena, se dirigen a sus simpatizantes, los maestros de la CNTE, junto con un grupo de los autodenominados “anarquistas” pisan la plaza.
Para las 12:30, el Zócalo se ve casi lleno. Hay un saludo de la CNTE y luego viene el discurso de López Obrador. Cada palabra contra la reforma que impulsa el gobierno federal es acogida por sus seguidores que se desbordan en gritos de “no pasará”.
“No somos rebeldes sin causa... Hoy me rindo ante ustedes... Nada de encapuchados... No permitan infiltraciones ni caigan en provocaciones... No somos alborotadores ansiosos por romper el orden público", les dice Andrés Manuel López Obrador a sus seguidores.