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VILLA DE ETLA, Oax.— Emmanuel y su abuelo deben caminar varios kilómetros para visitar a sus familiares, con quienes el niño repasa sus libros, mientras culmina el paro de labores de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Cerca de ahí, doña Rufina López cuenta que su nieto Pánfilo tiene 11 años y no asiste a la secundaria del pueblo. Por ello, lo poco que sabe lo comparte con su prima que estudia en primaria.

“Dicen que ya van a regresar el lunes 14, pero ayer vi en la televisión que siguen con sus bloqueos allá en México”, comenta el abuelo de Emmanuel.

Rocío y Diana son encargadas de un local de venta de uniformes escolares en Villa de Etla, justo frente a la Secundaria Técnica 84 con canchas llenas de hierba crecida, que está al lado de una primaria y un jardín de niños.

Las ventas de Rocío y Diana cayeron 50% debido al paro magisterial. Hoy, su negocio está lleno de los uniformes que debieron vender y que los padres no se han acercado a comprar, ante la incertidumbre del regreso a las aulas.

Un millón 300 mil niños se quedaron sin clases siete semanas. Sus escuelas, en muchos de los casos, muestran los estragos del abandono.

En el jardín de niños Ovidio Decroly, de Villa de Etla, no ocurrió así porque la semana pasada vino una brigada de la Secretaría de Salud a recoger la hierba que invadió el edificio y colocaron bebederos de agua. La próxima semana, cuando comiencen las clases, todo estará listo.

“Creo que el lunes van a regresar los maestros”, dice esperanzada la madre de un niño que entrará a primer grado y que vive enfrente.

En Tlaxiaco, por ejemplo, los padres se enteraron de la decisión de la Sección 22 de volver a clases y de inmediato organizaron el tequio (trabajo comunitario) para dar vida a las escuelas.

El gobernador Gabino Cué y Antonio Iturribaria, director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), mientras tanto seguían en la Ciudad México negociando con la Sección 22 cómo será la reposición de clases.

En el gobierno estatal sostienen que los mentores que dejaron de asistir no cobrarán un peso, por lo tanto no se pagará nada que no sea trabajado.

Se analizan varios escenarios, entre ellos que se les va a pagar cada vez que trabajen el tiempo extra para recuperar el lapso perdido.

Los casi 40 días perdidos podrían recuperarse extendiendo media hora más a cada día normal de clases. Además, en algunas regiones podrían acudir a la escuela los sábados. Incluso los días festivos serían laborables.

Esperan reactivación de economía

Joaquín Echeverría, secretario general de la Sección 59 del magisterio, opositora a la 22 que encabeza Rubén Núñez, considera “positivo” que sus compañeros regresen a las aulas.

“Se reactiva de manera total la educación en Oaxaca y con ello también se reactiva la economía, porque se pagarán salarios a los maestros”, dice.

El dirigente aclara, además, que los integrantes de la Sección 59 “no vamos a arrebatar, de ninguna manera, ninguna escuela a la [Sección] 22”.

Según Echeverría, los maestros de la 59 sólo fungieron como “asesores” de profesionistas contratados por padres de familia, aunque hace apenas dos semanas reclamaba a Cué el pago a más de 2 mil 500 profesores que daban clases, en 400 escuelas, a 30 mil niños en las ocho regiones del estado.

Emmanuel y su abuelo quizá dejen de caminar varios kilómetros para repasar los libros y Pánfilo también termine con su prematura función de maestro.

El problema será hallar las escuelas en condiciones para iniciar a todo vapor el curso y la probabilidad de enfrentamientos entre la Sección 22 y padres de familia, que se han apoderado de varios inmuebles en Mitla, Valle de Etla y otros municipios, y que desde septiembre amagaron con recurrir al amparo por la indecisión de la administración de Gabino Cué.

“No es descartable que haya enfrentamientos, pero nuestra postura es de no a la violencia y sí al diálogo y los acuerdos”, ofrece Echeverría.