Desesperación de ciudadanos por la movilización
MOLESTIA. La señora Carrillo, originaria de Culiacán, Sinaloa, llegó al DF a una cita médica, misma que perdió por el bloqueo de maestros . (Foto: NURIT MARTÍNEZ EL UNIVERSAL )
“Es una infamia, es una infamia”, repetía la señora Carrillo mientras intentaba librar con ayuda de su andadera las vallas y los cercos de granaderos y de maestros manifestantes sobre Paseo de la Reforma.
Originaria de Culiacán, Sinaloa, la señora Carrillo llegó a la ciudad para asistir a una cita médica. Ayer, al mediodía, intentaba salir del hotel en donde se hospedó para acudir a la revisión, sólo que ningún vehículo podía ingresar a la puerta del edificio para llevarla. Con dificultad caminó del brazo de personal del hotel hasta un coche al que se le permitió el acceso, en medio de la mirada de sorpresa de los maestros que estaban sentados en la zona.
A unos pasos de ahí enojados, buscando un taxi que los sacara de la zona de bloqueo, tres personas caminaban luego de que a una de ellas le fue cancelada una cirugía.
Por haber llegado tarde a la cita los médicos suspendieron la intervención. La señora Lourdes lleva del brazo a una mujer de la tercera edad, quien ayer tenía programada una operación de cataratas. Mientras se acerca a un bicitaxi, cuenta, “llegamos caminando desde las 11 de la mañana”, en ese momento eran más de las 2 de la tarde y aún tenían que ir hasta las inmediaciones del Metro Sevilla para reprogramar la cirugía.
“Esto sólo pasa aquí en México”, dijo Billy, originario de Texas, quien con maleta en mano, apresuraba el paso para abordar un taxi turístico en la glorieta de Colón.
“No sé qué es lo que quieren los maestros y no soy quién para juzgar lo que hacen, tal vez están ejerciendo su derecho, pero veo que afectan el derecho de muchas personas más”, señaló el hombre quien expresó que vino de negocios a la Ciudad de México.
“Sólo espero que el aeropuerto no esté cerrado, si no eso me va a crear un gran problema”, expresó preocupado el hombre, quien dijo que alguien le había comentado que los maestros estaban en las inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Bicitaxis, los únicos beneficiados
Operadores de bicitaxis aprovecharon los bloqueos de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) para hacer su agosto, pues el recorrido entre Reforma y Bucareli hacia Insurgentes o a la glorieta del Ángel de la Independencia, por Paseo de la Reforma, tenía un costo de hasta 200 pesos.
“No le pierden”, dijo Karla, una joven que iba con prisa a la calle de Niza y que prefirió ir corriendo a pagar 50 pesos que le cobraba el dueño de la bicicleta.
Otro de éstos, al preguntársele por el recorrido, indicó que la tarifa del trayecto era de 200 pesos por persona.
Conductores de bicitaxis prácticamente tomaron Paseo de la Reforma desde temprana hora. Llos más hábiles avisaban por teléfono a sus compañeros: “Jálate pa’cá”, se escuchó decir a Juan Carlos, un conductor de bicitaxi, quien estaba a la caza de un pasajero.
Varias personas prefirieron pagar los 50, 70, 80, 100, 150 y hasta 200 pesos que les pedían los bicitaxistas. La desesperación de la gente se veía reflejada en sus rostros y en lo apresurado de su caminar y en otros que corrían. Una persona que dijo llamarse Adolfo Cienfuegos se acercó a un reportero gráfico que montaba uno moto y le ofreció 100 pesos para que lo llevara de la altura del Senado de la República, en Reforma y París, a la glorieta de la Diana, a lo cual el reportero no accedió.