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Los expertos en temas de seguridad nacional Javier Oliva Posadas y Samuel González, coincidieron en que resulta extraño que el gobierno de Estados Unidos haya desclasificado ahora los documentos de inteligencia que develan las preocupaciones y críticas del Departamento de Estado por la política de seguridad que siguió Felipe Calderón, y las “consecuencias no deseadas” que trajo en algunas zonas del país.

En entrevista, Oliva Posadas, coordinador del Diplomado de Seguridad Nacional de la UNAM, consideró que hacer públicos estos reportes de inteligencia es un gesto “poco amistoso” de la administración de Barack Obama, aún más cuando en el país se están viviendo episodios de reciente inseguridad como en Michoacán y Tamaulipas.

Indicó que develar ahora los documentos redactados entre 2007 y 2012, en los que se habla de la ofensiva de Calderón contra el crimen organizado y el narcotráfico con la escalada de violencia que trajo aparejada en algunas regiones del país, es un signo de que “hoy por parte de Estados Unidos existe poca corresponsabilidad” respecto al papel activo que tuvo en la estrategia de seguridad del sexenio anterior.

El especialista criticó que en los archivos hoy públicos, en los que incluso se habla de la alarma que desató en Estados Unidos la masacre de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas —en agosto de 2010—, en contraste no exista uno sólo que aluda a la fallida operación de Rápido y furioso cuya investigación aún no concluye, y de la que México ha demandado información.

Por su parte, Samuel González Ruiz, consultor internacional sobre temas de seguridad y ex titular de la Subsecretaría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la PGR, expuso que hacer públicos estos documentos puede ser un intento del gobierno “por justificar lo que hicieron o dejaron de hacer”, pues desclasificarlos a menos de un año de que concluyera la gestión de Calderón es atípico.

Detalló que a partir de encuentros que sostuvo con funcionarios en Washington, supo que los cuestionamientos a los resultados de la política de seguridad mexicana llegaron desde la propia campaña de Barack Obama y su equipo en 2008, pero después se dieron las negociaciones para consolidar una mayor cooperación en seguridad.