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La estrategia del gobierno federal de llegar a la meta de hambre cero en el país no ha tenido resultados a corto plazo debido a la falta de coordinación entre las 19 dependencias y secretarías que participan en la Cruzada Nacional contra el Hambre.

Expertos consultados por EL UNIVERSAL advierten que el reto de articular la estrategia “ha sido más grande de lo que inicialmente se había planteado”.

Debido a la falta de acuerdos con algunos estados y municipios, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) —dependencia encargada de articular el programa que abatirá la carencia alimentaria de 7.4 millones de mexicanos— no ha podido levantar “bandera blanca” en las 400 alcaldías, como es el caso del Distrito Federal.

Y sólo hace un par de semanas, las primeras brigadas en los municipios piloto de Guerrero comenzaron los trabajos.

En siete meses, el presidente Enrique Peña Nieto ha lanzado la estrategia dos veces; pero aún no se cuenta con un presupuesto definido. Sedesol ha respondido que cada secretaría debe reenfocar sus programas a los municipios prioritarios y por eso no se tiene una cantidad determinada.

Un estudio de Centro de Investigación en Economía y Negocios, del Tecnológico de Monterrey, dice que para que llegue a la meta planteada la Cruzada costará 150 millones de pesos diarios, equivalente a una erogación aproximada de 53 mil millones de pesos.

Programas nacen muertos

Clara Jusidman, presidenta honoraria de la organización Iniciativa Ciudadana y Desarrollo Social (Incide), explicó que programas como la Cruzada “nacen muertos” porque no cuentan con recursos definidos y es difícil articular instituciones, gobiernos municipales y federales.

“A la secretaría de Desarrollo Social le dejaron una tarea de coordinación que le va a resultar imposible, el presidente Enrique Peña Nieto tiene que obligar a los secretarios a coordinar resultados, porque sólo a él lo van a escuchar”, señala.

Explica que “en el presupuesto de 2014 vamos a ver a qué programas se les va a dar prioridad y cómo los piensan operar, este es un año claro de transición y no de transición fácil porque se pasa de un gobierno panista a una priísta y las reglas de operación de todos los programas se endurecieron durante la administración pasada”.

Dice que se deben enfocar los recursos a ayudar a jóvenes y niños en pobreza, sobre todo en el medio urbano, porque son un “caldo de cultivo para robos” y aumento de la inseguridad.

El académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Adolfo Sánchez Almanza, dice que la idea de la Cruzada es de focalización, pero se necesitan resolver los errores.

“La cruzada toma más tiempo del que se previó porque hay que cambiar el diseño de la política social, hay que superar las visiones de clientelismo de los tres gobiernos, donde la población se acostumbró a recibir beneficios”, comenta.

Financiamiento, en riesgo

Otra estrategia central de la política de desarrollo social durante este primer año de gobierno fue el lanzamiento del Seguro de Vida para Jefas de Familia, que ayudará a los hijos de las beneficiarias a terminar sus estudios en caso de muerte de la madre; además de la ampliación del apoyo para adultos mayores a 65 y más.

Sin embargo, de acuerdo con el diagnóstico del programa de pensiones para adultos, elaborado a petición de Sedesol, en los próximos años estará en riesgo el financiamiento de este apoyo social.

Ahí, expertos advierten que en la próxima administración, debido al crecimiento de este sector, se pone en riesgo “la sustentabilidad financiera” del programa y se recomienda “analizar la pertinencia” de incorporar en el mediano y largo plazo criterios de elegibilidad de la población objetivo en los adultos mayores y así permitir la sustentabilidad financiera.

En el caso del Seguro de Vida para Jefas de Familia se creó por decreto presidencial un fideicomiso que aceptará donaciones de particulares y el otorgamiento de los apoyos estará sujeto a la disponibilidad de recursos.