Crónica Peña Nieto y triquis cruzan sonrisas
francisco.resendiz@eluniversal.com.mx
El más pequeño de los campeones lo mira de frente. Lo reta con una sonrisa. Sus compañeros observan atentos, ansiosos como si esperaran que hiciera el enceste del triunfo. El presidente Enrique Peña Nieto responde y cruzan miradas. Sonríen.
Entonces los equipos infantiles de baloncesto Triqui de Oaxaca y Bayonetas de Puebla, comienzan a caminar al lado, detrás y delante del presidente de la República por los jardines de Los Pinos. Se abrazan y ríen, sin rubor.
Son 14 niñas poblanas y 10 niños indígenas oaxaqueños, campeones y campeonas del Festival Mundial de Mini Baloncesto de Argentina. Ellas son altas, ellos pequeñitos. Los nervios y la ansiedad que tenían al llegar a la casa presidencial se transforman en sonrisas y emoción.
Fue un día largo, primero desayunaron en el Comité Olímpico Mexicano, luego esperaron un rato en el Salón Manuel Ávila Camacho de la casa presidencial para tomarse la foto oficial con el mandatario.
Poco después de las 13:30 el presidente Peña Nieto entra al salón. Se ha preparado un templete para la foto oficial. Las niñas y los niños, de entre 10 y 12 años, se emocionan. La espera, dicen, se hizo larga por los nervios.
El presidente saluda a cada uno. Les da la bienvenida. Nubia Mayorga, Emilio Chuayffet y Jesús Mena, los entrenadores de ambos equipos siguen de cerca el encuentro. Saben que los protagonistas son los niños y les dan su lugar.
El presidente les firma un balón dorado, se les acerca. Les felicita. Los niños se tensan. Pero poco a poco comienzan a sonreír y bromear. Es momento de ir al Salón Adolfo López mateos donde unas 200 personas aguardan. Es el acto oficial
Jesús Mena, titular de la CONADE, habla de frases motivadoras de Michael Jordan. Luego confía en que las diferencias entre los dirigentes del basquetbol mexicano se solucionen pronto pues hay campeones infantiles y el país asistirá al mundial de la especialidad.
Dice que por momentos las niñas emularon "aquella histórica Batalla de Puebla" y que los "pequeños grandes guerreros triquis oaxaqueños", acostumbrados a jugar descalzos, lograron una contundente racha de seis victorias.
Son los turnos de Gloria Natalie García Alejo y de Dylan Hassan Ramírez Sánchez. Les han preparado sus discursos. Los leen en menos de dos minutos cada uno. Ella agradece a la CONADE y al COM y a su asociación.
"Entendemos al deporte como una actividad formativa de convivencia, la amistad, el respeto y para vivir en paz y en armonía, porque hombres y mujeres de excelencia lo requiere México, lo reclama la humanidad y los exige Dios", dice la niña de 12 años.
Dylan es más tímido. A veces lee bajito, pero lo hace bien. Se dice emocionado. "Gracias, señor Presidente, por tener esta sensibilidad con nuestros pueblos. México es nuestra Patria, nuestro hogar. Hemos trabajado mucho para defender nuestras culturas y país", dice el niño de 11 años en su discurso que leyó.
"El deporte nos enseñó a trabajar por un futuro y la escuela nos mostró la sabiduría para enfrentarlo. Nada ni nadie nos podrá decir que no se puede, si desde nuestras montañas hemos mostrado la grandeza de nuestra cultura", agrega.
El presidente decide no ir al atril que tiene el escudo del Poder Ejecutivo y se queda sentado entre Gloria y Dylan, "la verdad es que no me quiero apartar de quienes son triunfadores y de quienes son inspiración para todos los mexicanos", justifica.
Destaca la presencia de Rodolfo Domínguez, actor de 16 años, indígena tzotzil que participó en la película "La Jaula de Oro", que fue premiada en Cannes. Luego habla del orgullo por el triunfo de los basquetbolistas.
Los felicita. "Quiero agradecerles, en nombre de todo México, la gran satisfacción y orgullo que nos han dado a los mexicanos. Porque, insisto, el verles triunfar, nos enseña que si queremos, podemos".
Termina el evento, el presidente saluda al equipó de Karate que competirá el próximo mes. Se toma fotografías. Un rato después sale del salón hacia los jardines de Los Pinos. Los niños y las niñas ya lo esperan. Comienzan a caminar.
Sin rubor las niñas se acercan al Presidente. Lo acaparan. Los niños caminan detrás. Están más relajados. Dudan en si se pueden tomar fotografías. "No hay ningún problema... pueden tomar fotos con toda confianza", les dice.
En ese momento los niños triquis cruzan frases en su dialecto y se sienten cómodos, se ven felices, sin presión. Como si estuvieran en un paseo donde su guía es el presidente de México.
Uno de ellos corre con cámara en mano y se para frente a Peña. Sonríen. Caminan en un paseo donde llevan como guía al presidente de México.
Pasan frente a las casas Miguel Alemán y Lázaro Cárdenas, caminan por la avenida de los presidentes. El nervio de hace una hora se acabó. Sonríen.





