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La Arquidiócesis Primada de México aseguró, en su semanario católico Desde la Fe, que no se puede seguir con un gobierno “indolente” que no hace nada para organizar el desarrollo urbano y rural en nuestro país, y más cuando todos estos fenómenos naturales se repiten año tras año.

Por su parte, durante la homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera hizo un llamado a los mexicanos a brindar ayuda humanitaria a los damnificados por las inundaciones que dejaron los meteoros Ingrid y Manuel en gran parte del país, además de rezar por ellos.

Rivera dijo a los asistentes a misa, que “en este día todos nosotros sentimos la urgencia de orar por nuestros hermanos damnificados, por nuestros hermanos que han fallecido en estas tragedias causadas por la lluvia”.

La Arquidiócesis sostuvo en su semanario que los mexicanos “debemos plantearnos con más seriedad nuestro futuro”.

También pidió a la sociedad dejar de ser “irresponsable” por no medir las consecuencias del desorden habitacional, toda vez que muchos asentamientos humanos están colocados en lugares equivocados, porque son cauces naturales para la salida de las aguas en las laderas de las montañas, en barrancas, en los cauces de los ríos y arroyos.

En la editorial de Desde la Fe, titulada “México vulnerable”, advierte que el país se ha convertido en una nación altamente vulnerable, un territorio fácilmente afectado por fenómenos climatológicos.

Una lluvia torrencial —dijo—, que debe ser motivo de alegría porque producirá abundancia en los ríos y en los lagos para las actividades agrícolas y para las necesidades humanas, se convierte rápidamente en catástrofe.

Dijo que la pobreza en muchos lugares impone límites al verdadero desarrollo, pero la ignorancia, corrupción y la irresponsabilidad son nuestra verdadera vulnerabilidad.

“Debemos comenzar una verdadera reconstrucción y reorganización social y de desarrollo poblacional. Sólo así evitaremos muchas tragedias innecesarias”, destacó la editorial católica.

Una vez más —agregó— estamos rodeados de tragedia en amplios territorios del país, por el Océano Pacífico y por el Golfo de México. Una vez más debemos mostrar lo mejor de nosotros, lo mejor de nuestra sociedad: la solidaridad, la capacidad de reaccionar ante las urgencias humanitarias, la generosidad que nos mueve para estar cerca de miles y miles de damnificados que necesitan de manera inmediata lo más indispensable.

Recordó que la tragedia tiene muchos rostros, desde niños hasta ancianos. “Todos necesitamos ayudarnos. La indiferencia es la peor expresión de una sociedad”, subrayó.