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Con tenacidad entró a la UNAM

Natalia Gómez Quintero| El Universal
Domingo 11 de agosto de 2013
Con tenacidad entr a la UNAM

PASIÓN. Jessica Valeria Cuenca optó por estudiar Medicina en la UNAM. Su padre, médico también de profesión, la llevaba a sus cirugías. Eso la cautivó. (Foto: LUIS CORTÉS EL UNIVERSAL )


natalia.gomez@eluniversal.com.mx 

Estudió la primaria, la secundaria y su bachillerato en escuelas públicas de un estado en el que los índices de educación son de los más bajos en el país. Optar por el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 134, de Chilpancingo, Guerrero, con la opción técnica de Laboratorista, era lo más cercano a estudiar Medicina.

“¿Por qué en la UNAM?”, se le pregunta. “¿Hay otra?” Así responde Jessica Valeria Cuenca Velázquez desde los pasillos de la Facultad de Medicina en Ciudad Universitaria (CU). La dieciochoañera atrapó su ilusión de estudiar en la máxima casa de estudios con un examen casi perfecto. Para ingresar le solicitaban 109 aciertos y ella obtuvo 119 de 120 posibles. Fue la única con este puntaje.

“Estoy segura que me falló una de Matemáticas”, recuerda. Sus aciertos podrían hacer creer que a Jessica le fue fácil caminar hoy por CU, pero también realizó la primera vuelta del concurso de la UNAM en este 2013, en el que tuvo 96 aciertos de 102 que le solicitaban. En esa ocasión identifica que todo lo relativo a Historia se le complicó porque en su bachillerato, donde sacó promedio de 8.6, no le impartieron esa materia, ni Literatura.

“Me deprimí todo un día y me dije ‘no voy a ganar nada con ello’. Pensé que si realmente quería estar aquí, debería aplicarme. Estudié por mi cuenta todo el día y las dudas las resolvía por internet”, dice Jessica, quien también fue por unos meses parte de los llamados rechazados. “Los no aceptados no deben rendirse, si es lo que realmente quieren, les va a costar, deben luchar y seguro lo lograrán”.

La novicia de médico cirujano dejó a su familia, que la apoya con los gastos para pagar una renta que comparte con dos compañeras. Su padre, médico también de profesión, con especialidad en gastroenterología, la llevaba a sus cirugías. Eso la cautivó.

Pero la joven, que es del privilegiado menor porcentaje en la UNAM de estudiantes que proviene de localidades distintas al Distrito Federal y al área metropolitana, se dedicará a la ginecología, porque pudo acudir a operaciones de esta especialidad y ahí supo que eso sería lo suyo.

Algunos profesores ya saben que fue la del más alto número de aciertos, porque al inicio de sus clases les piden que se presenten y expliquen cómo fue que llegaron a la UNAM. A los maestros, dice, les sorprende que provenga de un CBTIS, y en especial de Guerrero.

“Es un orgullo para mí representar a Guerrero y que se den cuenta de que no importan las condiciones, que sí podemos”, dice la estudiante, quien no otorga alta calificación a la enseñanza que tuvo en el bachillerato. “La información era básica, nada profunda”, dice.

Ella cree que el alumno tiene que ser autodidacta. Dice que el maestro es sólo un guía y los que trabajan son los estudiantes: “En nosotros está, incluso, cambiar al país”.



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