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WASHINGTON.— “Proyecto Hemisferio”. Bajo este nombre, la agencia antinarcóticos de EU convirtió desde 2007 al gigante de las telecomunicaciones AT&T en un apéndice y en un agente colaboracionista de sus labores de espionaje para mantener una estrecha vigilancia de las redes del narcotráfico que se extendieron dentro de su territorio.

El programa, paralelo al sistema de espionaje masivo de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA), se ha convertido en la más valiosa herramienta de la DEA para espiar a los traficantes de drogas que han hecho del recambio de teléfonos desechables su preferido modus operandi para dirigir sus operaciones en todo el país.

“La escala y la longevidad del almacenamiento de los datos no tiene parangón con ningún otro programa del gobierno, incluido el programa de recolección de llamadas de la NSA bajo la Ley Patriota”, según reportó The New York Times al describir los métodos de un programa que opera desde las ciudades de Atlanta, Houston y Los Ángeles.

El programa secreto ha estado a cargo de la DEA y de la Oficina Nacional de Políticas para el Control de las Drogas (ONDCP) de la Casa Blanca. Desde su creación, el sistema ha permitido el seguimiento autorizado de al menos 11 mil 200 sospechosos, a quienes ha espiado a pesar de que éstos cambiaban frecuentemente de teléfonos celulares.

Aunque el Proyecto Hemisferio nació en 2007, sus operadores son capaces de recuperar archivos telefónicos nacionales e internacionales que se remontan a 1987.

Actualmente, el sistema es capaz de procesar de 4 mil llamadas por día, uno de los más eficaces para determinar, mediante un algoritmo, si el objetivo o sospechoso ha cambiado de teléfono.