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Historia. Aprendió a vivir con el mal, y bien

Ruth Rodríguez y Cristina Pérez| El Universal
Jueves 14 de noviembre de 2013
<b>Historia.</b> Aprendi a vivir con el mal, y bien

EJERCICIO. Édgar creó un equipo de corredores con y sin diabetes. (Foto: CÉSAR PALMA / EL UNIVERSAL )


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Édgar García Márquez considera que la vida le dio una segunda oportunidad para dejar atrás los excesos, sobre todo de tipo laboral, que marcaron su pasado y suscitaron la Diabetes Tipo 2. Su abuelo paterno y su abuela materna tenían esta enfermedad.

Marco Antonio, hoy de 68 años, vivió 27 años negando y descuidando la Diabetes Tipo 2, hasta que un cuadro clínico grave lo forzó a enderezar el camino, y asumir este padecimiento con el que ya ha aprendido a vivir, y bien.

Tenía 37 años la noche en que comenzó a sentir una sed incontrolable, tomó agua durante varios días sin saciarse, y a los pocos días comenzó a desarrollar cetoacidosis diabética, un problema que se presenta cuando el cuerpo no puede usar el azúcar (glucosa) como fuente de energía, debido a que no hay insulina o ésta es insuficiente, y en lugar de esto, utiliza la grasa para obtener energía.

Su grave estado de salud lo llevó a terapia intensiva, en la que permaneció ocho días. Padre de dos hijas, el entonces profesor de informática e ingeniero en sistemas de una empresa constructora llegó a perder nueve kilos de peso en una sola noche.

Previo a su diagnóstico, Édgar era un hombre que se ejercitaba sólo una vez por semana, tenía cierto sobrepeso y en contraste entraba a trabajar a las 7 de la mañana y terminaba sus jornadas laborales a las 11 de la noche.

Hoy labora de 7 de la mañana a las 6 de la tarde, para luego salir a trotar; hace carreras de montaña; tiene el control metabólico de su enfermedad.



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