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Crónica. Alerta se activa; el asedio afloja

Juan Arvizu Arrioja| El Universal
Viernes 06 de diciembre de 2013

juan.arvizu@eluniversal.com.mx

Como un duende travieso, ríe el senador Alejandro Encinas en La Cuña, un punto de cruce entre edificios dentro del Senado. ¿Qué divierte a este perredista que enfrenta desigual contienda por la reforma energética?

“¡Ya hicimos que se alargara una semana!”, dice el hombre de barba blanca, sin dejar de reír. Con los ordenamientos que rigen al Senado de la República ha logrado frenar al tráiler de la reforma energética.

La noche cae, esa sí, a toda prisa. Las luces de Paseo de la Reforma, y sus aceras cosmopolitas, ocupan con su brillo los espacios que de día ha invadido el malestar por llevar a Petróleos Mexicanos (Pemex) a la apertura a la inversión privada. Queda como un centenar de animosos representantes del movimiento social.

Esta es la noche de un día de sorpresas. Al mediodía unas patadas de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) rompen amarras de barreras de alta resistencia, y tres de sus bloques son retirados con rapidez para espasmo de los encargados de la seguridad en la esquina de Paseo de la Reforma y París, la esquina emblemática del Senado.

La mayor alerta se activa. Filas de policías federales y preventivos de la policía capitalina llevan el hueco abierto por maestros en los que prende el entusiasmo. Dentro de la reja del Senado, el Resguardo Parlamentario y el equipo de Protección Civil toman posiciones defensivas, y se arman con extinguidores.

Han de ser unas cinco barreras que tendrían que vencer los potenciales invasores, que además no son muchos, como para amenazar la plaza. El protocolo dicta cerrar todo y el equipo interno corre, como si el Titanic se hundiera, a amarrar las puertas con cadenas.

Las voces se multiplican: “¡Gamboa va a dar declaraciones!” Y los periodistas, camarógrafos y fotógrafos que han quedado dentro del encierro del Senado van al Hemiciclo, que es el espacio abierto más amplio, y quien llega es Enrique Burgos, un priísta presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, que en ese momento suda adrenalina.

Y se enlaza la segunda sorpresa. No habrá reunión de comisiones sobre reforma energética. Otra vez se aplaza un día, por un error de procedimiento. Y cuenta la nueva ruta a seguir y será el domingo cuando empiecen a legislar.

Y será dentro de la última semana del periodo de sesiones, cuando entren en materia.

El sitio al Senado, que abarca varias calles, complica el acceso de senadores del PRD y del PAN. La ciudad de exaspera. Ante la alteración del orden, Emilio Gamboa Patrón, el negociador de la reforma por parte del PRI, dice: “No nos van a presionar así; el Congreso debe legislar en paz”.

El asedio se afloja con la decisión que formaliza Burgos, acompañado de David Penchyna (PRI), Pablo Escudero (PVEM), Raúl Gracia (PAN) y Rabindranath Salazar y Zoé Robledo (PRD), de darle tiempo al tiempo.



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