aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Historia Aislados por la naturaleza y conflictos sociales

Jorge Ramos Pérez / Enviado| El Universal
Miércoles 25 de septiembre de 2013
<b>Historia</b> Aislados por la naturaleza y conflictos sociales

ESPERA. La mayoría de las casas de Santa María del Mar siguen inundadas y con plaga de mosquitos; a ocho días del paso de “Manuel” la ayuda no llega. (Foto: RAÚL ESTRELLA EL UNIVERSAL )


jorge.ramos@eluniversal.com.mx 

SANTA MARÍA DEL MAR, Oax.— A ocho días del paso del huracán Manuel por elIstmo, más de la mitad de las casas de esta población indígena se encuentran inundadas. Los mosquitos atacan de día, pero por la noche es insoportable. Los niños comenzaron a enfermarse. “Les da calentura”, alertan, y no hay medicinas ni médico en el centro de salud que se inundó, lo mismo que la iglesia y la escuela, donde no hay clases por el paro magisterial.

Los más de mil habitantes huaves o ikoots enfrentan otro problema: el puente Estero de Chicapa se partió. El domingo 15 de septiembre notaron una hendidura a la mitad de lo que era su única vía de acceso a Juchitán, la cabecera municipal.

La gente viaja en transporte hasta el puente roto casi una hora. Con miedo a que se caiga, caminan unos metros sobre la vía dañada por la crecida del río. Más pronto que tarde deberán tirarlo. Desde ahí, los indígenas tienen que continuar otra media hora en vehículo hasta la orilla del mar, y luego recorren otros 20 minutos en lancha hasta su pueblo.

La larga travesía podría ser de 45 minutos por tierra si no fuera porque desde septiembre de 2009 sus vecinos de San Mateo del Mar les cerraron el paso. Secuestros, golpes, ataques, enfrentamientos han ocurrido desde entonces.

Así que la tragedia del puente roto se sumó al bloqueo de sus vecinos, quienes desde hace cuatro años invadieron mil 93 hectáreas de Santa María del Mar. Si se cae el puente, los mil huaves quedarán secuestrados y aislados absolutamente por la naturaleza y por los humanos.

Eustacio Reyes, titular de la agencia municipal de Santa María del Mar, recuerda que el 9 de mayo de 2012 el gobernador Gabino Cué y el presidente municipal de Juchitán, Daniel Gurrión, visitaron la comunidad. Inauguraron una planta de bombeo de agua potable —inservible hoy, pues no tendieron la red para las casas— y ofrecieron mejoras al pueblo. “Pero desde entonces ni han regresado y no tenemos agua potable”, señala Reyes mientras muestra la obra inaugurada, pero inútil.

Casa por casa es la misma escena. Abraham y sus tres hijos; Ricarda y sus cinco familiares; Gregorio… todos deben caminar con el agua casi a las rodillas y entre una turba de mosquitos. No forman parte de las más de ocho mil casas contabilizadas por el gobierno estatal con daños. Jared tiene cinco años de edad y no parece medir la magnitud de la tragedia que azota a su pueblo y juega con un columpio en medio de un gran espejo de agua que tiene la casa por patio.

La principal tienda comunitaria está vacía. Desde hace 15 días su propietaria no ha podido surtirse. El problema es que el temporal levanta las olas y los viajes en lancha disminuyen en frecuencia. No han llegado despensas, salvo las que han logrado reunir las autoridades de la agencia municipal de Santa María del Mar.

Hace poco, los pobladores consiguieron una patrulla donada. Le pensaron mucho, pero al final se les ocurrió amarrar dos lanchas. Cargaron la unidad y así cruzó el mar. Un par de embarazadas los obligó a aventurarse una madrugada en el mar para llevarlas a parir a Juchitán. Hasta material para construcción llevan en lanchas.

“El puente ya no sirve. Si no se parte solito entonces lo van a tener que tirar. Entonces, ¿cómo vamos a traer comida, agua, medicinas al pueblo?”, se pregunta Reyes.



comentarios
0