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Los códigos del poder del PRI se activan en la reunión de sus fuerzas políticas y en hora y media se obtiene el apoyo total a la reforma energética de Enrique Peña Nieto.

Llueven las expresiones a favor del nuevo modelo para Pemex y la CFE. La magia del resultado a favor lo señala el presidente del partido, César Camacho Quiroz: “Viene de análisis a fondo”.

Esos códigos del priísmo que se mueven, como dice Humberto Roque Villanueva, con un chip de dis-ci-pli-na, si se enumeraran, el primero debe ser la puntualidad.

Los integrantes de la Comisión Política Permanente ya están el auditorio Plutarco Elías Calles, el principal escenario de los priístas: 20 gobernadores, diputados, senadores, legisladores locales que, dice Camacho, son el órgano colegiado deliberativo que reúne al súmmum de su organización, ahí están listos y se declaran prestos a los debates (lo suyo) que habrán de librar de aquí y hasta la promulgación de las reformas.

Gesto inusual

Camacho Quiroz, en gesto inusual en los discursos priístas de todos los tiempos, abre su mensaje con una expresión de “absoluto respeto al líder Enrique Peña Nieto”. Directo.

He ahí otro código. Invocar a la figura Presidencial. Los priístas están plenos con un priísta en Los Pinos. Lo llaman “nuestro Presidente”. Y subrayan el origen de la reforma.

Es el ex senador y ex candidato presidencial Francisco Labastida, quien presenta un ensayo sobre los alcances de los cambios y el futuro a las industrias de los hidrocarburos y de la electricidad, “totalmente congruentes” con los cambios a los documentos básicos priístas de su Asamblea Nacional de marzo.

Está plasmado otro código, en el que los priístas son precursores, en el uso del espacio para los poderosos. En el presidium están los coordinadores de los senadores, Emilio Gamboa Patrón, y de los diputados, Manlio Fabio Beltrones Rivera.