Historia... Lo que se salvó es para la basura
julian.sanchez@eluniversal.com.mx
ACAPULCO, Gro.— Una vez que bajó el nivel del agua, habitantes de las colonias Colosio, Joyas del Marquez y Paraíso 1 comenzaron a realizar limpieza en sus viviendas y sacar, para la basura, muebles, colchones, ropa, cobijas, electrodomésticos y otros objetos que quedaron inservibles tras la inundación que sufrieron.
Con escoba en mano, algunos lavan sus casas para quitar las capas de lodo que quedaron; otros, sacan algunos muebles o colchones al sol con la esperanza de que secándose los puedan reutilizar.
Algunos más decidieron con mucho pesar tirarlos a la basura, lo que ha provocado otro problema, la acumulación de ésta en algunos espacios cercanos a sus viviendas.
Lo que pueden y consideran para utilizarlo. “Apenas pude salvar esto”, dijo una mujer que desde afuera veía con tristeza cómo había quedado su hogar.
Un par de sillas y una mesa es lo que sacó Claudia Medina de su vivienda. “Todo lo que quedó, para la basura”, dijo Claudia, quien pidió a las autoridades que la apoyen, porque la situación está muy mal.
A unos metros de ahí, vecinos intentaban ponerse de acuerdo para hacer una lista y conformar un grupo de afectados para llevar el papel a las autoridades de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Quieren que los incluyan en el censo que se realiza para recibir apoyos. Desean que no vayan a quedar olvidados en la entrega de tarjetas como parte del programa de electrodomésticos.
Otros se quejan de que la poca agua que llega es sucia, como Gregorio Gómez, una de las cientos de personas que radican en el Distrito Federal, pero que utilizaron su crédito de Infonavit para adquirir una propiedad cerca de la playa. Ayer que pudo llegar a su casa en la colonia Joyas del Marquez se encontró con el desagradable panorama de que todos sus muebles quedaron inservibles.
Para Gregorio, “ojalá eso que están haciendo las autoridades sea para mejorar y nos digan si van a servir estos terrenos, porque es un patrimonio, sea cual sea y el precio que sea, es nuestro y hemos estado pagando por él”.
Lilia Mendoza procuraba dejar limpia su casa. Sin muebles porque de igual manera los perdió por la inundación, la mujer dice que volverá a empezar, que ahora se irá haciendo poco a poco de sus cosas.
En tanto, miles de personas intentan rehacer sus actividades, aun con las dificultades que derivan de la destrucción de vías como el puente de Coyuca que forma parte de la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo.
Habitantes de comunidades cercanas como Pénjamo, Atoyac de Álvarez, Benito Juárez, Tecpan de Galeana y del propio puerto de Acapulco pasan a diario entre el agua del río, que les llega a las rodillas. Otros en carretas, mientras algunos niños aprovechan el estancamiento del agua en algunas partes de ese punto para echarse un chapuzón.