Historia Pude ver como la corriente se llevó todo
HECHO. Plácida Bravo asegura que familias de su comunidad perdieron todo. (Foto: JORGE SERRATOS EL UNIVERSAL )
julian.sanchez@eluniversal.com.mx
Caminaba con dificultad al lado de su nieta, quien la iba sujetando del brazo. La mujer de 60 años se llevaba el cobertor a la cara para limpiarse las lágrimas y decía insistentemente: “El agua se llevó las casas y se vino un derrumbe”.
“Fue en el Edén, ahí perdimos todo”, decía llorando Plácida Bravo Torres, quien en seguida auxiliada por socorristas de la Cruz Roja en la base aérea de la Secretaría de la Defensa Nacional, fue rescatada junto con 15 personas por un helicóptero del Ejército.
“Vine con mi esposo y mis dos nietas, que se quedaron huerfanitas”, repetía la mujer a quienes la auxiliaban y lamentaba con ellos que había perdido su casa.
“Se vino el derrumbe y la creciente traía palos y piedras. Tapó mi casa. Mis hijos me sacaron hacia arriba, donde no estaba escurriendo el agua, pero nosotros todo perdimos, todo se llevó el agua y dos de mis dos hijos se quedaron allá”, insiste Plácida, quien pide se rescaten a sus otros dos nietos.
Contó que se salvó de ser arrastrada por el agua y el lodo gracias a sus hijos. “Pero sí se llevó una familia grande; mucha gente perdió todo, nos quedamos sin nada”.
La situación en el Edén ha incrementado la preocupación de quienes ahí siguen y de las autoridades, que además del proceso de rescate y apoyo, enviarán a un geólogo a esta comunidad del municipio de Atoyac.
Se ha incrementado la atención. A los centros de mando llegan numerosos mensajes de auxilio, en uno de estos, se organizaban para ir de urgencia por un niño grave y llevar al puerto de Acapulco a otros de los afectados.
Sigue lloviendo y creciendo los caudales del agua, por lo que también aumentan los riesgos por deslaves y con ello la preocupación de la gente que ahí está.
Plácida Bravo cierra los ojos al recordar su tragedia: “Estaba en mi casa, pero el agua venía muy fuerte, casi me lleva si no es por mis hijos que se quedaron allá”, insistía y comentaba: “A mí me llevaron a la parte de arriba de la cuadrilla, después nos llevaron a la secundaria del Edén y de ahí nos trajeron hasta acá”.
Su nieta Yotzajandi Juárez Cortés, de 10 años, quien iba con su hermanita María de Lourdes, aún menor, pide que vayan por dos de sus hermanos que se quedaron en el Edén. “Me da miedo que les pase algo porque se derrumbó el cerro. Se llevó casas. Vi como se llevaba la casa de doña Chela”.