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“Por ayudar, no importa riesgo”

Horacio Jiménez Enviado| El Universal
Lunes 23 de septiembre de 2013
Por ayudar, no importa riesgo

ORDEN. Cada unidad aérea lleva cuatro personas como tripulación a bordo; dos pilotos y dos soldados que se encargan de entregar, en cada viaje, más de 300 despensas a las personas afectadas. (Foto: RAMÓN ROMERO EL UNIVERSAL )

En base aérea, militares planean apoyo para Guerrero

horacio.jimenez@eluniversal.com.mx  

PIE DE LA CUESTA, Gro.— Es el “corazón” del Ejército mexicano. La Base Aérea de la Novena Región militar es donde las Fuerzas Armadas determinan las comunidades a las que acudirán a entregar despensas y organizar algún rescate de personas afectadas por el huracán Manuel.

Aquí, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) habilitó un centro de mando —de la noche a la mañana— desde donde dirige más de 30 helicópteros que viajan, diariamente, a cada comunidad afectada y coordinan los trabajos que realizan los helicópteros de la Procuraduría General de la República (PGR), la Secretaría de Marina (Semar) y Petróleos Mexicanos (Pemex).

Hasta aquí llegan los aviones Hércules y helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana con toneladas de despensas y enseres domésticos para repartirlos a las familias.

En las entrañas de las Fuerzas Armadas, a cada helicóptero le retiran los asientos para subir más de 300 despensas. Cada aeronave viaja con dos pilotos y dos soldados.

El coronel intendente, Efraín Flores, asegura que a una semana del paso del huracán ya se han entregado —vía aérea y terrestre— 246 toneladas de despensas.

“No importa el riesgo con tal de apoyar a nuestra raza. No andamos decaídos, siempre con la frente en alto y con una sonrisa, si es posible”, asegura el coronel quien también es el administrador del centro de acopio de las Fuerzas Armadas.

En el centro de mando trabajan decenas de soldados. Los militares usan un mapa de Guerrero, con el detalle de cada comunidad, para coordinar sus movimientos, además de computadoras con conexión satelital para diagnosticar el clima en la región.

Entrega

El helicóptero Black Hawk 1093 que pertenece al Escuadrón Aéreo 101 de la Base Aérea de Santa Lucía tiene un destino, ir a la comunidad El Río del Bálsamo que está a 10 kilómetros de Atoyac, uno de los municipios más devastados por el meteóro.

El aparato levanta el vuelo y viaja por casi una hora para llegar a este lugar.

En su itinerario tiene la misión de ir a otra comunidad más a entregar víveres. Trae 350 despensas para repartir entre ambas comunidades.

El mal clima no le permite a la tripulación viajar al segundo punto y todas las despensas se descargan en el poblado de Río del Bálsamo.

El teniente de Fuerza Aérea piloto aviador José Luis Millán, detalla que realiza de 10 a 15 vuelos diarios con un promedio de viaje de cuatro a cinco horas.

El militar llegó desde el miércoles junto con su tripulación para apoyar.

“Es un sentimiento bueno, con lo poco o mucho que podamos contribuir es bueno. Sabemos que esas personas van a estar bien”, comenta.

No es su primera contingencia. Él también colaboró para rescatar a damnificados de los huracanes Stan y Wilma. Ante las cuestiones climatólogicas y lo complicado que es realizar su labor en medio de un desastre dice: “Es difícil porque no estamos acostumbrados a este tipo de condiciones y hay que improvisar. Estamos preparados”.

Es un día de labor del Ejército, que lleva más de una semana apoyando a los guerrerenses en desgracia. Lo más importante para muchos de ellos es el rostro de las personas al recibir una despensa.



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