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El ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, es partidario de “integrar a la comunidad con la policía y las fuerzas militares, pero nunca de que los particulares sustituyan al Estado en materia de seguridad”, según dijo al responder a una pregunta sobre el fenómeno de los paramilitares en su país y la aparición en algunos estados de México de fuerzas de autodefensa.

“Cuando los particulares empiezan a sustituir al Estado, todo puede empezar con un ideal y un fin noble, pero eso termina como terminó en Colombia, en el narcotráfico, tal cual la guerrilla, o termina en todas las más crueles formas de delincuencia”, explicó Uribe a EL UNIVERSAL.

“En Colombia yo organicé como presidente 4 millones 600 mil ciudadanos, ayudándole a la policía con información; eso ayudaba a que la policía y las fuerzas militares fueran más eficientes y a sentirse integradas con la ciudadanía, más transparentes, pero al mismo tiempo que dijimos sí a la cooperación ciudadana, dijimos no a la sustitución del Estado, y por eso desmontamos el paramilitarismo”, argumentó para advertir: “Uno sabe dónde empieza la sustitución del Estado, pero no dónde termina”.

¿Qué diría a las autoridades o pueblo de México?

No, a cualquiera, yo respeto inmensamente México, su autonomía. Yo creo que lo importante es involucrar a la comunidad en políticas de colaboración con el Estado en materia de seguridad, pero nunca permitir que los particulares sustituyan al Estado en materia de seguridad.

Uribe, quien se encuentra en México para participar hoy en la sesión plenaria 2013 del Consejo Nacional de Banorte Ixe, en una mesa sobre América Latina, junto a los ex presidentes Alan García, de Perú, y Ernesto Zedillo, de México, respondió también a un cuestionamiento sobre el problema del narcotráfico y las guerras contra los cárteles de la droga que han librado Colombia y México, cuando hoy se ha aprobado la legalización de la mariguana con usos recreativos en dos estados de la Unión Americana (Washington y Colorado) y avanza la legalización de su venta en Uruguay.

Dijo: “Soy partidario de políticas razonables, pero no de la legalización”.

¿Qué políticas razonables?

[La política de] no lleve al consumidor a la cárcel, sino al hospital; la política de darle una gran fuerza a las campañas educativas y de prevención, y la política, sí, de llevar al distribuidor a la cárcel.

Uribe, siempre muy rígido, formal en la entrevista, dijo con tono doctoral que “hay evidencia científica de que drogas suaves como la mariguana, en un alto porcentaje, conducen a la adicción a drogas como la cocaína”.

Tras señalar que en la mayoría de nuestros países no se criminaliza el consumo de drogas, argumentó que no ve la necesidad de descriminalizar su distribución: “La Constitución de Colombia dice: ‘Al consumidor hospital y rehabilitación, al distribuidor cárcel’”. Citando la experiencia de su país, señaló que “en cada ocasión que se captura a un sicario, después de haber cometido un crimen, se le encuentra bajo el influjo de las drogas ilícitas”.

Las drogas, insistió, “no son elementos de reivindicación de la libertad del ser humano, sino de esclavitud, porque son alienantes...”.

Defendió el uso de las fuerzas militares en el combate al narcotráfico: “Históricamente se ha dicho que las fuerzas militares deben utilizarse exclusivamente para defender la soberanía de la agresión externa, pero es que la criminalidad tiene hoy capacidad de desafiar la soberanía. Entonces, así como es válido utilizar las fuerzas militares frente a un riesgo externo en contra de la soberanía, también debe ser válido frente a un riesgo doméstico en contra de la soberanía...”.

¿Las negociaciones del gobierno del presidente Juan Manuel Santos con las FARC llevarán la paz a su país?

No me extraña que por razones electorales algo firmen con el actual gobierno de Colombia, pero lo que ha vivido el país en este periodo… Primero, que el presidente Santos ha hecho lo contrario de lo que ofreció; segundo, mientras han dialogado en La Habana, ha crecido la violencia en Colombia. Este fin de semana a las FARC se les decomisó una cantidad de 492 kilos de coca, en Costa Rica, 30 armas, asesinaron 30 policías en Colombia, realizaron un retén, un secuestro masivo de los pasajeros de 200 vehículos, ¿cuál paz es esa?, ¿qué país en el mundo acepta que mientras está negociando con unos terroristas, esos terroristas incrementen la violencia?; además les ofrecen impunidad, elegibilidad política a responsables de delitos atroces.

Uribe, quien gobernó Colombia en dos mandatos (de 2002 a 2010), evaluó la gestión de su sucesor: “Colombia está bien, pero pudiera ir mucho mejor, por la herencia que Santos recibió, y por lo que Santos ha hecho en contra de lo que prometió o no ha hecho”. Mencionó el deterioro en la seguridad, en la inversión y en las políticas sociales. Advirtió que Santos “no ha cumplido, pero le está creando al país las posibilidades de un gobierno castro-chavista...”.

Dijo que al “aumentar la inseguridad, se disminuye la inversión, la economía tiene un desempeño mediocre y también la política social, y eso va creando una confusión que puede dar lugar a un gobierno de grupos que finalmente se junten con las FARC para adelantar un proceso castro-chavista”.

Todo, aseguró, empezó porque “Santos como ministro [de Defensa] aceptó que FARC es una organización terrorista, como presidente la ha calificado como actora política... Hoy en Colombia da lo mismo... que FARC asesine a un soldado de la patria, a que un soldado de la patria dé de baja a un terrorista. Uno de los grandes errores de este gobierno, imperdonable, es que niveló las fuerzas armadas con el terrorismo”.