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Elías Martínez Ramírez camina por la Alameda Central con una cubeta y una escoba en la mano, trabaja seis días a la semana como “encargado de obra” luego de haber abandonado el primer año de bachillerato “por falta de economía”.

Hace poco más de un año el joven originario de Oaxaca, dice que dejó la escuela preparatoria 55, en Chimalhuacán, porque la situación familiar se volvió “complicada”.

Un fin de semana, mientras cursaba el primer semestre decidió no regresar más a la escuela, “ya no quise y mejor me puse a trabajar”, dice.

La familia que se sostiene de los trabajos de albañilería que hacen Elías y su papá, la integran seis personas.

De haber contado con una beca, Elías dice que quizá hubiera podido ayudar “para uniformes, libros y colegiatura”. Eran entre mil y 800 pesos de uniformes y mil 500 de la colegiatura.

Desde entonces trabaja “en la obra”, en la remodelación de la Alameda, en donde recibe un salario de casi mil 500 pesos mensuales.

Al joven de tez morena y la mirada sonriente le gustaría estudiar ingeniería civil. Trabaja con la idea de poder reunir recursos para poder estudiar, aunque “el futuro lo veo difícil”, lamenta.