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Las oficinas de la presidencia del Consejo General del IFE cumplirán este lunes 20 días selladas, literalmente bajo llave y en resguardo administrativo, al igual que el manejo de unos 40 millones de pesos mensuales asignados al titular de ese organismo.

Estas medidas excepcionales son parte del blindaje acordado por los cuatro consejeros electorales en funciones, ante la ausencia de un titular constitucionalmente nombrado por la Cámara de Diputados, y con el fin de no tener problemas administrativos ni contables, confirmaron el presidente provisional, Benito Nacif y el consejero Lorenzo Córdova.

Lo anterior, luego de que el último presidente del IFE, Leonardo Valdés, dejó el cargo al culminar su gestión.

Los consejeros determinaron, además de la rotación en la presidencia, avalada el 31 de octubre pasado, no asumir la administración de bienes y recursos de la presidencia del IFE, y delegar esas funciones a la Dirección Ejecutiva de Administración, explicó Córdova, porque se trata de asuntos delicados que como servidores públicos les pueden generar responsabilidades.

Debido a ello, a la salida de Valdés Zurita, el presidente provisional no suscribió el acta de entrega-recepción, responsabilidad que asumirá la Administración.

Nacif indicó que se trabaja en una reorganización de la oficina de la presidencia del IFE para que sea rotatoria y la ejecución del gasto sea continua y sin problemas.

En lo que la normalidad vuelve al IFE, quienes aún siguen en funciones determinaron mantener parte del staff de asesores del titular, 12, y aplicar un ejercicio de racionalización de recursos.

Todas estas decisiones fueron avaladas por la Contraloría General del IFE y fueron sugeridas por ésta, indicó Córdova.

Los procedimientos de entrega recepción son, agregó, “movimientos muy delicados que pueden generar responsabilidades administrativas y no era pertinente para nadie que esto ocurriera cada mes.

“Consideramos que habría sido sumamente riesgoso para nosotros que se hiciera cada mes un acta, un procedimiento de entrega recepción” , de ahí que con independencia del consejero que de manera rotatoria ocupe la presidencia provisional habrá un responsable del resguardo de los bienes y de la administración de esa unidad hasta en tanto la Cámara de Diputados no nombre al titular.

El escenario de excepción que vive el instituto amerita también medidas extraordinarias, incluso para la gestión administrativa, dijo.