Historia Defienden padres escuelas ante CNTE
BRIGADAS. Padres de familia de la Secundaria Técnica 114, de Suchilquitongo, Oaxaca, vigilan la escuela por turnos. Prevén que el lunes permanezcan toda la noche para evitar que maestros disidentes intenten retomar el inmueble. (Foto: RAÚL ESTRELLA / EL UNIVERSAL )
jorge.ramos@eluniversal.com.mx
SUCHILQUITONGO, Oax.— Por las noches el frío cala, sobre todo cuando hay lluvia. Los padres de los estudiantes de la Secundaria Técnica 114 se frotan las manos al fuego. La del lunes 14 de octubre será de vela completa. Esperan el acoso de los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). El amago se repite al menos en 15 municipios de la entidad.
“Son profesores, ¿no? Entonces no tiene por qué haber violencia. El pueblo dijo ‘hasta aquí’, si no quieren dar clases, ¡para afuera! Por eso el pueblo está a la expectativa de lo que pueda ocurrir el lunes”, relata Miguel, del Comité de Padres de Familia.
La escuela está a un lado de la carretera federal 190 Oaxaca-México, distante 30 kilómetros de la capital oaxaqueña. En la entrada los padres hicieron una zanja de cinco metros de largo y medio metro de profundidad, para evitar la entrada de cualquier vehículo por ese lado. Maderas y varas con espinas también fueron colocadas como barricadas.
En los extremos de la escuela colocan cuerdas y zaguanes las 24 horas, que impiden el paso. Sólo con su permiso se puede ingresar. En los alrededores tienen vigilancia permanente y las campanas de la iglesia están listas para cualquier eventualidad.
En la primaria de la colonia Los Ángeles, en las inmediaciones de la capital de Oaxaca, los padres de familia también se atrincheraron. “Pudiera darse un enfrentamiento, conocemos a los de la Sección 22, por esos traemos nuestras varitas”, dice resuelto un padre familia, empuñando un palo como varios de sus compañeros.
Otro padre de familia dijo que la Sección 22 “no tiene nada que hacer aquí. No los queremos”. Los padres mantienen férrea vigilancia en la primaria, secundaria y preescolar de la colonia.
Miguel Ángel López, síndico de Suchilquitongo, dice que “lo más probable es que haya confrontación en el inicio de clases del próximo lunes. Nuestra tarea como autoridad es evitar a toda costa la violencia”.
“No hay una lógica de focos rojos”, sostiene confiado Alfonso Gómez Sandoval, secretario general de Gobierno de Oaxaca, al participar en un acto en Oaxaca sobre registros civiles.
La Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca emitió una “alerta temprana” para que sea con respeto el inicio de clases el próximo lunes, pues ha detectado al menos 15 focos rojos. Pero Gómez Sandoval presume diálogo y negociación con la Sección 22 y hasta un esquema de seguridad para ese día.
El miedo en padres y maestros de escuelas que operan con la Sección 59, que encabeza Joaquín Echeverría, opositora a la 22 que lidera Rubén Núñez, se respira en Mitla, Etla, Ocotlán, Zimatlán, Pueblo Nuevo, Santa Cruz Xitla… y la lista se alarga.
Aquí en Suchilquitongo los padres se rotan la vigilancia cada 12 horas, a las siete de la mañana y a las siete de la noche. Ya idearon un plan, pues los profesores de la Sección 22 podrían intentar recuperar la escuela la madrugada del lunes, horas antes de la apertura de clases. “No lo vamos a permitir”, advierten los vigilantes a quienes no se les ve ningún arma o instrumento de defensa. Sólo sus manos.
“Ellos (los maestros de la sección 22) actúan como delincuentes, no como profesores”, se queja otro padre de familia.
A las 9:30 horas los niños tienen receso. Juegan. Nada parece perturbarles. El director, Leonel Castellanos, aunque curtido en la pelea magisterial desde hace 30 años, no deja de expresar pesar.
En Santa María Coyotepec el pueblo también se alió a la Sección 59. “No vamos a llegar a los golpes”, dice Jaime López, papá que vigila la escuela. Si pasa algo, de inmediato lanzaría la alerta a través de la campana de la iglesia y todo el pueblo iría en su auxilio. Lo que pase sería de pronóstico reservado. Aquí, en 2006, durante una refriega, un maestro quedó muerto. “Nosotros nos vamos a arriesgar ni a exponer a los niños”, afirma el director de la secundaria, Ángel Vicente Reyes.
Todos están a la espera de que llegue el lunes.