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Los restos del helicóptero Black Hawk de la Policía Federal con el que se perdió contacto desde el jueves pasado fueron localizados ayer; la aeronave se impactó en la cima de una elevación ubicada a más de cuatro mil pies de altura, entre el puerto de Acapulco y La Pintada, en Atoyac de Álvarez, Guerrero.

La Procuraduría General de la República (PGR) inició una averiguación previa y contará con el apoyo de expertos de la Dirección General de Aeronáutica Civil de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), para establecer las causas que originaron el percance; la principal línea de investigación apunta a que el aparato se estrelló por las condiciones climáticas.

En el siniestro perdieron la vida el piloto Enrique Briseño Martínez, de 57 años, y el copiloto Desiderio Rosado Zárate, de 43 años; el mecánico de vuelo Ramón Peláez Prado, de 37 años; además de los elementos de operaciones especiales Isaac Escobar Bustamante, de 32 años, y Julio César Zarco Castro, de 29.

Los tripulantes despegaron el 19 de septiembre pasado de la Base Naval de Icacos, en el puerto de Acapulco, para trasladar víveres a la comunidad de La Pintada.

La Secretaría de Gobernación confirmó que los restos del aparato fueron hallados ayer a las 8:05 horas. Autoridades federales consultadas indicaron que una aeronave que viajaba a Atoyac logró ubicar la zona en la que se impactó.

El próximo lunes la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) rendirá un homenaje a los elementos de la Policía Federal que perdieron la vida en el siniestro.

El presidente Enrique Peña Nieto, en su cuenta de Twitter, escribió: “México reconoce el valor y servicio de los tripulantes del helicóptero que trabajaban en labores de rescate. Descansen en paz. Mis condolencias a los familiares de quienes perdieron la vida en el helicóptero que cayó en Guerrero”.