México y AL viven violencia desatada: Iglesia
En México y en otros países de América Latina, se vive una violencia desatada
y muchas veces incontrolable que ha tenido un crecimiento exponencial, para
lo que es necesario que cada quien, como la Iglesia cumpla una tarea
importante para las víctimas de este fenómeno y del narcotráfico, concluyeron
cardenales, arzobispos, obispos y otros ministros de la región.
Al
término del Congreso Continental Guadalupano realizado en el santuario del
Tepeyac, se ofreció una conferencia de prensa en la que participaron entre
otros, Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos y
presidente de la Comisión Pontificia para América Latina; Enrique Glennie,
rector de la Basílica de Gudalupe y Guzmán Carriquiry, secretario de esa
Comisión Pontificia.
Este último expuso que en el encuentro advirtieron de manera evidente que ha
habido un crecimiento exponencial de la violencia en los últimos 20 años, no
sólo en México, sino toda América Latina, en el marco de lo cual resaltaron
la importancia de actuar en ayuda de esas situaciones dramáticas, de esos
gritos y clamores de las víctimas, muchas de las cuales se encuentran en el
fenómeno de la migración.
En
esto, el Estado debe cumplir una tarea importante, la escuela, la familia y
la Iglesia, que debe accionar también como educadora en la fraternidad, dijo
Guzmán Carriquiry, sobre el trabajo de cuatro días de la Peregrinación y
Encuentro "Nuestra Señora de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización
en el continente americano".
En
la conferencia en donde estuvieron también Carl Anderson, Luis Guevara, ambos
caballeros de Colón, así como Eduardo Chávez, director del Instituto Superior
de Estudios Guadalupanos, Guzmán Carriquiry resaltó el problema en ante este
fenómeno de los jóvenes que no estudian ni trabajan y que quedan en una
situación de vulnerabilidad enorme, por lo que insistió en que deben estar
cercanos a las víctimas.
Expuso
que en este encuentro la virgen de Guadalupe estuvo siempre presente, así
como el Papa Francisco, quien envió un ramillete de rosas de oro a la llamada
"Reyna de América". Esas rosas (cuatro), están ahora a los pies de
la virgen, acompañadas por una multitud de creyentes pobres y sencillos: los
privilegiados de Dios.
Marc
Ouellet habló de lo aprendido en el encuentro y de la profundidad que
significó en este la Guadalupana y lo que representa en la misión de los
ministros. "Hemos apenas empezado y somos conscientes de que hay que
abundar más en esta conciencia continental si queremos realmente extender
esto a todo el continente. Entonces, hay mucho por hacer, pero el punto de
partido que tuvimos estos días nos da el ánimo y convicción de que hay que
seguir".
"Estuvimos
de acuerdo en que este santuario es la madre de todos los santuarios de
América y que debe ser como el motor de una renovación espiritual de los
santuarios del continente. En este sentido hay una red que podemos crear o
animar a fin de que haya este desarrollo para el bien espiritual, porque los
hombres de hoy necesitan reflexionar sobre su identidad".
Destacó que este encuentro Continental representa para todos los
participantes "uno de los grandes beneficios del Año de la Fe, que Su
Santidad Benedicto XVI convocó y Nuestro Santo Padre Francisco llevará a
término, al igual que la Encíclica Lumen Fidei, que ambos escribieron".