Estudiantes de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) revelaron que el consumo de refresco en el área rural y urbana en Culiacán sobrepasa la media nacional.

Los alumnos de la UAS señalaron que la media nacional es de un litro y medio, y medio litro, respectivamente, por mexicano en estas zonas, de acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (Inegi) .

Los estudiantes presentaron los resultados del proyecto "Consumo de Refresco" , como parte de la materia Métodos Cuantitativos, para la Investigación Científica y Social.

Detallaron que mientras que en la zona rural de Culiacán hallaron personas que toman hasta tres litros de refresco al día, en la zona urbana de este mismo municipio se detectaron individuos que beben hasta un litro y medio de refresco embotellado al día.

Alma Ruby Félix Picos, integrante de uno de los equipos de estudiantes, dijo que la investigación arrojó que en la zona rural se consume más refresco que en la zona urbana.

Jorge Eladio Obeso Santos, también integrante de otros de los equipos, observó que el alto consumo de refresco en la zona rural y urbana está asociado a los anuncios publicitarios que implementan las compañías refresqueras.

En la actualidad, dijo, los estudios van enfocados a los personajes que están hoy en boga, como son los futbolistas y artistas, para que puedan influir en la gente y así se consuma más refresco.

Con base en la investigación, los estudiantes sostuvieron que en promedio una persona de la zona rural gasta entre 990 pesos y mil 210 pesos por mes en consumo de refrescos embotellados.

Cruz Evelia Sosa Carrillo, maestra de la materia de Métodos Cuantitativos para la Investigación Científico-Social y coordinadora del proyecto, dijo que la investigación dio resultados sorprendentes para muchos de los que participaron en el estudio.

Citó que en el área rural el consumo de refresco es un referente de buena economía, ya que al no tenerlo en su mesa para acompañar la comida sienten que les fue muy mal porque "no hubo ni para refrescos" .

Sosa Carrillo refirió que, de acuerdo con registros existentes, el consumo de refresco en México empezó desde los años cincuenta y se incrementó notablemente a partir de las Olimpiadas de 1968, cuando todo mundo tuvo acceso a una televisión en sus casas.

Puntualizó que la intención de este proyecto de investigación es que los estudiantes comprendan mejor la situación social de algunas familias.

El objetivo es que observen cómo el consumo de refrescos afecta en la economía y que se den cuenta que la estadística es una herramienta muy importante para las ciencias sociales.