WASHINGTON.— Tal como se esperaba, el Senado de Estados Unidos aprobó ayer la inversión de más de 46 mil millones de dólares para militarizar la frontera con México.

Con una votación de 69 contra 29, la mayoría demócrata consiguió el apoyo de un bloque de republicanos que decidieron subirse al tren de la reforma migratoria a cambio de endurecer aún más una enmienda que contempla el despliegue de 40 mil agentes de la Patrulla Fronteriza, la construcción de torres, el aumento de vuelos de helicópteros y drones y el despliegue de sensores y radares a lo largo de los más de 3 mil kilómetros de frontera.

Además, se contempla el establecimiento de un sistema de control biométrico para registrar ingresos y salidas a través de todos los puertos de control migratorio y se refuerza el programa de E-verify para evitar de ese modo que empresas de EU contraten a personas indocumentadas.

Luego de la aprobación de esta enmienda, el Senado votó además por el cierre del debate en el Comité Judicial sobre la iniciativa de reforma, que podría ser votada el viernes con un marcador previsible de 67 votos a favor, es decir, muy por encima de los 60 necesarios.

La votación a favor de la enmienda de seguridad fronteriza tuvo el apoyo de todos los demócratas y de 15 republicanos, entre ellos John McCain, Luego Graham, Marco Rubio, Jeff Flake, Bob Corker, John Hoeven, Susan Collins y Orrin Hatch.

McCain, senador por Arizona, se mostró complacido por la decisión de Hatch. “Celebro que uno de nuestros grandes estadistas como el senador Hatch haya decidido sumarse”, opinión McCain, uno de los defensores de la enmienda para reforzar la seguridad fronteriza y garantizar así el avance del proyecto de ley que podría ser votado mañana.

Entre los que se resistieron hasta el final estuvieron los republicanos por Iowa, Chuck Grassley y Jeff Sessions, quienes insistieron en que a pesar de lo drástico de la enmienda para reforzar la seguridad fronteriza, ésta se sustenta “en falsas promesas”.

“Seguimos creyendo que la frontera tiene que asegurarse al máximo antes de seguir adelante con un proceso de legalización. Lo que han hecho hoy muchos es apoyar la decisión de arrojar mucho dinero a la frontera, pero sin garantizar la seguridad”, consideró Grassley.

“Esperamos que, tras el avance de esta enmienda, en la Cámara de Representantes este gran error será corregido”, insistió el republicano por Iowa, al advertir así que la iniciativa que avanza desde el Senado podría ser torpedeada por la mayoría republicana en la Cámara Baja.

De hecho, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, advirtió que “no vamos a limitarnos a tomar la ley del Senado”. En su turno de réplica y al justificar su apoyo a la enmienda, el senador por Florida, Marco Rubio, lamentó que sus esfuerzos por resolver la grave crisis de la inmigración indocumentada siga cosechando una impresionante andanada de ataques.

“Personas a las que respeto, y con las que comparto posiciones conservadoras, me han atacado por tratar de resolver un problema, por salir de una situación que es una amnistía de facto”, consideró Rubio al revelar así las enormes presiones que han puesto sobre los republicanos su base más conservadora e intransigente.

“La propuesta no es para nada perfecta, pero tiene importantes reformas que los conservadores han tratado de introducir durante años”, sostuvo el legislador.