WASHINGTON.— A sólo unos días del inicio del debate de la reforma migratoria que avanza desde el Senado, el influyente senador republicano por Florida, Marco Rubio, soltó ayer una carga de profundidad al asegurar que el grupo de 8 senadores que impulsan el proyecto de ley aún no cuenta con los 60 votos que permitirán su primer victoria.

“Aún no los tenemos y creo que los demócratas deberían reconocerlo”, dijo Rubio, desatando una cadena de reacciones desde distintos frentes, particularmente desde la coalición de organizaciones defensoras de la comunidad inmigrante, que lo acusaron de “poner en peligro” una histórica oportunidad con demandas cada vez más extremas.

“Esperamos que el senador Rubio se mantenga firme y defienda la iniciativa que él mismo contribuyó a redactar, en lugar de estar a la busca de oportunidades para hundirla”, aseguró Cristina Jiménez, de United We Dream, la más grande organización que defiende los intereses de los hijos de indocumentados que aspiran a su legalización.

Las declaraciones de Rubio contradicen los pronósticos que el domingo hizo el demócrata Charles Schumer, quien dijo que la legislación llegará al pleno del Senado el lunes 10 de junio y que la reforma estará aprobada “antes del 4 de julio” con un total de 60 votos. Ayer, el senador Harry Reid se limitó a decir que el pleno comenzará a debatir el proyecto la próxima semana, “incluso si no hemos completado nuestra acción en la ley de agricultura o en las propuestas de créditos para estudiantes. El sistema migratorio está roto, necesitamos arreglarlo”.

Las versiones contradictorias de Rubio con los demás senadores confirman la división de opiniones y el intenso el forcejeo que libran demócratas y republicanos para tratar de sacar el mayor número de contrapartidas ante la inquieta mirada de numerosas organizaciones defensoras de inmigrantes que temen que haya excesivas concesiones de los demócratas a los republicanos.

“Nos gustaría que, en lugar de pretender que no se tienen los 60 votos, o que van a ir a la busca de 70, tanto Rubio como Schumer se concentren en defender el proyecto de ley que ambos negociaron y que representa la más importante oportunidad para sacar de las sombras a millones de personas”, consideró Angélica Salas, de la Coalición en Defensa de los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA) de Los Ángeles.

“Los senadores y congresistas saben que la parte más difícil es la de conseguir los votos”, insistió Salas.

Mientras tanto, el presidente del Comité Judicial en la Cámara de Representantes, Bob Goodlatte, aseguró ayer que la Cámara Baja será capaz de aprobar su propia iniciativa de reforma migratoria para agosto.

Fuentes legislativas dicen que el optimismo de Goodlatte está en relación directa con el intenso trabajo de negociación que han mantenido 8 congresistas demócratas y republicanos en los últimos meses. Sin embargo, las dudas sobre la viabilidad de una iniciativa desde la Cámara Baja siguen sin disiparse en medio de un continuo forcejeo entre partidos. (Con información de EFE)